1. Vandal Random
  2. Noticias
  3. Robert De Niro (81) confiesa la película que más le molesta y que no se puede nombrar: 'Se enfada mucho'

Robert De Niro (81) confiesa la película que más le molesta y que no se puede nombrar: 'Se enfada mucho'

Quienes han conversado con Robert De Niro conocen bien el tema que conviene evitar: 'Taxi Driver', la legendaria cinta de Martin Scorsese. Es un tema tabú.
Robert De Niro (81) confiesa la película que más le molesta y que no se puede nombrar: 'Se enfada mucho'
·
Actualizado: 11:01 3/8/2025
robert de niro
taxi driver

Robert De Niro no necesita presentación. Su nombre está cincelado en la historia del cine como uno de los intérpretes más versátiles, magnéticos y respetados de todos los tiempos. Hablar de él es repasar algunos de los títulos más icónicos del siglo XX: desde su inolvidable Vito Corleone en El Padrino: Parte II hasta su tormentoso Travis Bickle en Taxi Driver, pasando por joyas como Toro salvaje, Heat, Uno de los nuestros, Casino, El irlandés o incluso sus incursiones cómicas en la saga Los padres de ella, que demostraron que su talento no entiende de géneros.

Sin embargo, por paradójico que suene, hay una película de su filmografía que De Niro evita mencionar a toda costa. No es un proyecto menor ni uno de esos filmes que se hacen por compromiso. Al contrario. Se trata, nada más y nada menos, que de Taxi Driver (1976), una de las grandes obras maestras del cine moderno, dirigida por Martin Scorsese y escrita por Paul Schrader.

La cinta, una odisea psicológica ambientada en la Nueva York más sucia, oscura y nihilista, se coló rápidamente en todos los rankings como una de las mejores películas de la historia. Fue nominada a cuatro premios Oscar, aunque finalmente perdió frente a Rocky en la categoría de Mejor película. Pero el reconocimiento crítico y popular ha sido constante desde entonces. Y sin embargo, Robert no quiere ni oír hablar de ella.

Robert De Niro y el silencio incómodo de ‘Taxi Driver’: por qué no quiere ni oír hablar de una de sus obras maestras

En una entrevista de 1987 publicada por Vanity Fair, el director Ulu Grosbard —quien trabajó varias veces con De Niro— fue tajante: “Nunca vuelvas a sacar el tema de Taxi Driver con Robert. Se enfada mucho”. Desde entonces, esa advertencia ha flotado como una sombra alrededor del actor cada vez que se menciona la película. ¿Por qué ese rechazo? ¿Qué es lo que le molesta tanto? La respuesta está en un episodio oscuro que conectó de forma trágica el cine con la realidad.

Taxi Driver

En Taxi Driver, De Niro interpreta a Travis Bickle, un exmarine solitario y mentalmente inestable que deambula por una ciudad que considera corrompida y decadente. De día, trabaja como taxista; de noche, se sumerge en pensamientos paranoicos y deseos de redención violenta. Bickle representa al outsider absoluto, un símbolo del malestar post-Vietnam, del aislamiento y la alienación urbana. Una figura perturbadora y, precisamente por eso, tremendamente magnética.

“Nunca vuelvas a sacar el tema de Taxi Driver con Robert. Se enfada mucho”

Cinco años después del estreno, el 30 de marzo de 1981, el joven John Hinckley Jr. intentó asesinar al entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, a la salida de un hotel en Washington. Aunque el mandatario sobrevivió, un agente del Servicio Secreto y un oficial de policía resultaron gravemente heridos.

Poco después, el mundo supo la razón detrás del atentado: Hinckley estaba obsesionado con Taxi Driver. Más concretamente, con el personaje de De Niro y con la actriz Jodie Foster, que en la película interpretaba a una prostituta menor de edad. Al igual que Travis Bickle planeaba asesinar al político ficticio Palantine en el filme, Hinckley intentó emular esa ficción en la vida real.

PUBLICIDAD

Aquel año, Taxi Driver volvió a las portadas por motivos que nadie deseaba. La figura de Travis Bickle fue señalada como una posible influencia directa, y De Niro, que había construido ese personaje con una intensidad brutal, fue arrastrado por la polémica mediática. La noche de los Oscar de 1981 —precisamente cuando Reagan fue tiroteado—, los periodistas abordaron a De Niro para obtener una declaración. El actor zanjó la cuestión con frialdad.

Taxi Driver

“No quiero discutir el asunto ahora. Dije lo que quería decir en los Oscar. Todos ustedes son muy amables, pero eso es todo”. Desde entonces, el actor ha evitado mencionar Taxi Driver en entrevistas. El incidente no solo marcó un punto de inflexión en la relación entre Hollywood y la violencia, sino que dejó una huella imborrable en la conciencia de un intérprete que, pese a todo, había entregado una de las actuaciones más complejas de la historia del cine.

Taxi Driver es, todavía hoy, una obra que incomoda. Su final, ambiguo y discutido durante décadas, sigue alimentando debates en universidades, foros cinéfilos y ensayos académicos. Es cine con mayúsculas, y sin embargo, su legado está teñido de gris por esa oscura conexión con la realidad.

Comentarios: 0

En forosComentar en nuestros foros

Más sobre Cine

RANDOM
Flecha subir