En el corazón de la provincia de Granada, donde el agua caliente brota de las entrañas de la tierra, se encuentra un rincón que parece sacado de un cuento: las termas de Zújar. Este tesoro natural, escondido a orillas del embalse de Negratín, ofrece a los visitantes la posibilidad de bañarse durante todo el año en aguas termales que alcanzan los 40 °C.
Su acceso gratuito y el entorno espectacular en el que se encuentran las convierten en uno de los secretos mejor guardados de Andalucía.
Tiene vistas a la sierra
La poza termal de Zújar es un ejemplo de cómo la naturaleza y la historia se dan la mano. La combinación de laderas de piedra caliza, pinares frondosos y aguas turquesa crea un paisaje cautivador que invita a relajarse. Estas aguas brotan a través de fracturas en el cerro Jabalcón, aportando no solo calidez sino también propiedades medicinales, gracias a su composición rica en minerales sulfatados, que desde hace siglos se han asociado a beneficios terapéuticos.
Sin embargo, la accesibilidad de estas aguas termales está sujeta a los caprichos del embalse. Cuando el nivel del pantano de Negratín supera el 35 % de su capacidad, las pozas quedan sumergidas, y hay que esperar a que el agua retroceda para volver a disfrutar de su magia. Esta peculiaridad convierte la visita en una experiencia aún más especial, pues el baño se convierte en un regalo que ofrece la naturaleza solo en determinados momentos del año.

La zona que rodea las termas ofrece además numerosas opciones para los amantes de la naturaleza y la aventura. Desde rutas de senderismo y parapente en el cerro Jabalcón hasta deportes acuáticos en las tranquilas aguas del embalse, el viajero puede alternar el relax termal con la emoción de explorar un paisaje imponente. Las vistas desde la cima del cerro o la serenidad de navegar en kayak son el complemento perfecto a un día de baño en estas aguas termales.
Para llegar hasta este paraje, basta con conducir desde Granada poco más de una hora y veinte minutos por las carreteras A-92 y N-342. Desde Jaén, el trayecto apenas se alarga hasta las dos horas. Ya sea en invierno o verano, la poza termal de Zújar se erige como un destino único para quienes buscan desconexión, bienestar y un reencuentro con la naturaleza más pura.