La cuenta atrás para el posible desenlace de la saga Misión Imposible ya ha comenzado. Con su estreno previsto en cines españoles para el 22 de mayo de 2025, Misión Imposible: Sentencia Final (titulada así como continuación directa de Sentencia Mortal) ha levantado una gran expectación.
Pero las primeras reacciones tras los pases de prensa han dejado un sabor agridulce: hay quien la celebra como un espectáculo trepidante, y quien lamenta una entrega que no está a la altura del legado de Ethan Hunt.
La trama continúa donde lo dejó la anterior entrega, con el equipo del FMI enfrentando una carrera contrarreloj para detener a “la Entidad”, una inteligencia artificial fuera de control, y a su enigmático aliado, Gabriel. Con el destino del mundo nuevamente en juego, la película mezcla tensión geopolítica, tecnología fuera de control y, como es habitual, una colección de acrobacias imposibles firmadas por el propio Tom Cruise.
Desastre hermoso y caótico
Las opiniones, sin embargo, están lejos de ser unánimes. Mientras algunos la definen como un “desastre hermoso y caótico” lleno de adrenalina, otros han calificado la cinta como la más “repetitiva” y carente de frescura dentro de la saga. Un crítico resumió el sentir de muchos al decir: “No parece un gran final. No alcanza los niveles de las anteriores cuatro entregas. Es la primera vez que salgo de una película de Misión Imposible sin sentir nada”.
No obstante, incluso entre los más críticos, hay un consenso claro: Tom Cruise vuelve a deslumbrar. Ya sea en persecuciones a toda velocidad o enfrentándose cara a cara al abismo —literal o metafóricamente—, el actor se mantiene como el motor incansable de la franquicia. Y muchos destacan que sus escenas de acción siguen siendo de lo mejor que ofrece el cine actual en términos de espectacularidad práctica.
La dirección de Christopher McQuarrie, quien ha firmado los últimos capítulos de la saga, también ha recibido halagos por su ambición técnica y capacidad de orquestar secuencias que quitan el aliento. Pero para algunos, su narrativa en esta entrega es menos equilibrada: más diálogo, más subtramas, menos ritmo. El resultado es una película que algunos tachan de irregular.
En un contexto donde las franquicias suelen estirarse hasta perder el alma, Sentencia Final aspira a cerrar una etapa con dignidad, aunque parece que no lo consigue con la misma contundencia de sus predecesoras como Fallout o Rogue Nation. La gran incógnita queda ahora en manos del público, que a partir del 22 de mayo decidirá si esta última misión merece un lugar de honor en la saga... o si es momento de colgar el arnés.