El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha vuelto a alzar la voz. Desde su despacho en la Universidad de Columbia y con una trayectoria que incluye haber presidido el Consejo de Asesores Económicos de la administración Clinton, el economista se ha convertido en una de las conciencias críticas más lúcidas del panorama internacional.
Su diagnóstico es claro: el neoliberalismo ha dejado un vacío institucional que ahora es ocupado por populismos, desigualdad galopante y corporaciones todopoderosas. Y su nuevo libro, Camino de libertad: La economía y la buena sociedad, llega como una llamada de socorro.
Stiglitz arremete contra el neoliberalismo y la erosión democrática
En sus declaraciones más recientes, Stiglitz no ha dudado en señalar a Donald Trump como un factor de desestabilización institucional. “Estamos descubriendo que las garantías democráticas eran más débiles de lo que pensábamos”, afirma. Según él, el expresidente ha erosionado pilares fundamentales del equilibrio de poderes, desde la independencia judicial hasta el rol fiscalizador del Congreso.
Pero va más allá: alerta del riesgo real de una estanflación provocada por las erráticas políticas comerciales de Trump y un posible aumento de la corrupción global tras el debilitamiento de controles sobre empresas estadounidenses en el extranjero.
El economista también pone el foco en los líderes tecnológicos que, hace quince años, eran aclamados como visionarios. “En 2008 veíamos a Zuckerberg y Musk como ángeles”, recuerda. Hoy, en cambio, cree que su evolución ha sido la de quienes, al concentrar riqueza y poder, se alejan del bien común.
Crítica a los líderes tecnológicos y a la geopolítica de la desigualdad
“Se han vuelto egoístas”, sentencia, y enumera prácticas monopólicas y abusivas cada vez más evidentes en Amazon, Google o Apple. Stiglitz denuncia una economía digital cada vez más alejada de la equidad y más alineada con el afán de control. La crítica se extiende también al impacto internacional de estas dinámicas. Según Stiglitz, las políticas de Trump y la actitud extractiva de las grandes tecnológicas han contribuido a tensiones geopolíticas como la guerra comercial con China.
“Trump no ha entendido el comercio internacional. Sus errores dan vergüenza”, remarca, advirtiendo que el contraataque chino en el mercado de tierras raras puede beneficiar a Pekín y castigar aún más a EE. UU. en términos industriales y tecnológicos.
Joseph Stiglitz también plantea una salida. En su libro aboga por una redefinición profunda del concepto de libertad, que ya no puede medirse por la capacidad de unos pocos para actuar sin freno, sino por la posibilidad de que la mayoría viva con dignidad, igualdad y derechos garantizados. Porque, como él mismo subraya, “sin justicia económica no hay libertad real”.