Para muchos ha sido un salto al vacío. El legado de Alien ha evolucionado constantemente durante más de cuarenta años, pero pocas veces había provocado un revuelo comparable al de la última apuesta de FX. Alien: Planeta Tierra, ubicada cronológicamente justo antes de los eventos de la película original de 1979, ha sacudido la mitología de los xenomorfos con un giro inesperado que podría redefinir su naturaleza y su historia.
Lo que parecía un episodio de transición hacia el desenlace de la temporada amenaza ahora con desatar un auténtico terremoto entre los seguidores más veteranos del universo de terror y ciencia ficción, algo que los cómics clásicos de Dark Horse y los relatos ya insinuaban, pero nunca habían concretado de manera tan impactante. ¡Cuidado con los spoilers!
Alien: Planeta Tierra desafía la saga y sorprende con un giro sin precedentes: 'Es el riesgo más audaz'
La ficción de Noah Hawley ha jugado con la subversión de expectativas desde el primer momento. Nos presentaron un nuevo paradigma dentro de la saga, y eso acabó funcionando en términos de audiencia. La serie siempre ha jugado con redefinir el terror en el universo del xenomorfo, introduciendo nuevas ideas y tramas bastante rompedoras, como los híbridos.
En Alien: Planeta Tierra, Prodigy, la poderosa corporación responsable de manipular la vida a su antojo, interviene en el destino de una serie de niños con enfermedades terminales, transformándolos en híbridos, seres humanos enfundados en cuerpos de androides. Aquí destaca Marcy, que tras el experimento, renace como Wendy, un ser artificial con alma humana con capacidades que desafían todo lo conocido en la saga. ¿El giro? Que la protagonista desarrolla un vínculo inquietante con los xenomorfos.
Su conciencia humana, ahora alojada en un cuerpo sintético, le permite percibir a las criaturas desde una perspectiva inédita. A diferencia de los intentos previos de comunicación con los xenomorfos en cómics como Aliens: Hive (Dark Horse, 1992) o Aliens: Genocide (Dark Horse, 1995), Wendy no solo comprende los sonidos de los alienígenas, sino que logra imitarlos y manipularlos, convirtiéndose en un puente entre especies que hasta ahora eran meramente hostiles.
En los episodios recientes, su influencia sobre los xenomorfos se intensifica: Wendy puede provocar que actúen según su voluntad, convirtiendo a los monstruos en aliados estratégicos en un entorno que rápidamente se descontrola. Este acercamiento recuerda a elementos explorados en la línea de cómics de Aliens vs. Predator: Deadliest of the Species (Dark Horse, 1993-1995), donde la inteligencia de los xenomorfos se combinaba con la interacción humana, aunque nunca con tanta profundidad ni control directo. En Aliens: Labyrinth y Aliens: La música de las lanzas vemos elementos tangenciales parecidos a los de la ficción de Hawley, pero quizás no hasta el punto tratado en la serie.
El cambio no ha caído bien en el fandom. Muchos consideran que la manera en la que se desarrolla este vínculo entre especies no está bien tratado, y que de una forma u otra, han transformado al xenomorfo en una criatura domesticable. Sea como sea, con siete de los ocho episodios disponibles en Disney+, Alien: Planeta Tierra plantea un universo expandido que transcurre años antes de los eventos de Alien: El octavo pasajero, dejando amplio margen para explorar nuevas historias entre corporaciones, experimentos prohibidos y criaturas que trascienden su instinto asesino. Esperemos que no sean tan polémicas como esta.
