Juego de tronos es una de las series más influyentes y aclamadas de la historia de la televisión. Basada en la obra de Goerge R.R. Martin, la adaptación televisiva se mantuvo como un fenómeno global a lo largo de sus ocho temporadas, batiendo récords de audiencia, aunque en sus últimas etapas se apartó de los libros que la inspiraron, lo que dividió a la crítica y a los fans.
A lo largo de su emisión, Juego de tronos no solo dejó huella en millones de espectadores por su complejidad narrativa o sus intrincadas luchas de poder, sino también por sus momentos más perturbadores. La serie no dudó en explorar temas oscuros como la violencia explícita y el incesto, que generaron incomodidad tanto en el público como en el propio reparto. Kit Harington, quien interpretó a Jon Nieve, y su experiencia al rodar una escena de sexo con Emilia Clarke, la actriz que dio vida a Daenerys Targaryen.
La delicada escena de Juego de tronos que hizo sentir incómodo a Kit Harington: "es rara y extraña"
En una entrevista con Vanity Fair, Harington reveló lo difícil que le resultó rodar esa escena, no por la naturaleza del guion, sino por la relación personal que mantenía con Emilia Clarke. "Es algo antinatural y extraño", confesó el actor. Harington y Clarke no solo eran compañeros de trabajo, sino también grandes amigos desde hacía años. La complicidad entre ellos, que era palpable fuera de las cámaras, hizo que la situación se volviera incómoda, especialmente porque Harington estaba casado con Rose Leslie, quien también formaba parte del reparto, interpretando a Ygritte.

El factor aún más extraño fue que Leslie y Clarke también eran amigas cercanas, lo que convertía el rodaje de esta escena en un dilema personal. "Si conoces a alguien desde hace seis años y es la mejor amiga de tu novia, y tú eres el mejor amigo de ella, hay algo antinatural en hacer una escena de amor", explicó Harington, refiriéndose al surrealismo de la situación.
A pesar de la incomodidad inicial, ambos actores compartieron una anécdota cómica sobre el rodaje: "Terminamos besándonos y nos morimos de risa de lo ridículo que es", remarcó Harington. Aunque ambos reconocen que, como profesionales, su trabajo consistía precisamente en interpretar esos momentos, el contexto personal hizo que la situación fuera, al menos momentáneamente, difícil de digerir.
A pesar de la rareza de esa escena, su amistad no se vio afectada, como tampoco la relación entre Harington, Leslie y Clarke. "Aunque somos actores y es nuestro trabajo, hay un elemento de rareza cuando los tres cenamos", comentó Harington en una entrevista con Mirror UK. Afortunadamente, esta singular experiencia no terminó por empañar su vínculo personal ni profesional.
De esta forma, Juego de tronos demuestra, una vez más, que sigue siendo un hito no solo por su historia épica y su complejo reparto de personajes, sino también por las historias detrás de las cámaras, que siguen dando que hablar mucho tiempo después de su final.