Pocos empresarios del selecto grupo que integran la Lista Forbes española se atreven a hablar en público con tanta frecuencia como José Elías. El presidente de Audax Renovables y propietario de La Sirena, lejos de la discreción habitual entre las grandes fortunas, ha convertido sus redes sociales en un espacio de reflexión sobre economía, emprendimiento y gestión del fracaso.
El empresario catalán, que suele publicar con asiduidad en YouTube, LinkedIn y Twitter, sorprendía esta semana con una historia íntima sobre su hijo, Marc. Una anécdota familiar que, más allá de lo personal, encierra una lección de esas que no se enseñan en ninguna escuela de negocios.
“Le di 1.000 euros a mi hijo y los perdió todos”: la enseñanza del empresario José Elías
"Le di 1000 euros a mi hijo cuando tenía 14 años para hacer trading. Sabía perfectamente que los iba a perder. Estaba obsesionado con el tema, le encantaba. Así que lo dejé hacerlo, aun sabiendo el final", recordaba Elías en su publicación. "Me dijo que no me preocupase, que no los perdería… pero, evidentemente, al mes y medio ya no quedaba nada", indicaba el millonario, que sigue pendiente del avance de ChatGPT.
Lejos de mostrarse contrariado, Elías relató el episodio con una sonrisa de quien ve en la pérdida una inversión a largo plazo. "Le pagué el mejor curso de su vida -decía-, el curso de perder dinero. Encima lo engañaron con las opciones binarias, el timo más básico que existe. Pero ahí estaba la lección", comentaba.
El empresario remataba su reflexión con una idea que ha resonado en las redes, donde más de 3000 ‘me gusta’ y centenares de comentarios. "Ahora entiende lo que es la gestión del riesgo, que no todo el que te vende algo dice la verdad, que el dinero fácil no existe y que los mercados no perdonan la inexperiencia", matiza.
"Podría haberle dado un sermón o prohibírselo, pero nada habría sido más eficaz que dejarle perder. Mil euros por entender que el mundo está lleno de vendedores de humo… ha sido la mejor inversión en su educación", concluía. Una lección doméstica con moraleja empresarial, contada por un hombre que ha hecho de la exposición pública una herramienta más de liderazgo y que, una vez más, demuestra que incluso los errores -si se entienden bien- pueden ser una forma de riqueza.
