En Warner se la juegan. Cuando Superman se estrene el 11 de julio en cines de España, no solo estará en juego el futuro del icónico héroe de Metrópolis. También se pondrá a prueba la estrategia a largo plazo de Warner para reconstruir, desde los cimientos, un universo cinematográfico de DC que, tras años de tropiezos y cambios de rumbo, aún no ha logrado calar de forma consistente entre el gran público.
La película escrita y dirigida por James Gunn —quien además ejerce como codirector de DC Studios junto a Peter Safran— no es simplemente una nueva entrega superheroica: es el primer pilar de una nueva era para la compañía. Su presupuesto es colosal y los números que necesita la major, que se la juega todo en la expectación del respetable, marean a propios y extraños. Con un presupuesto que ronda los 225 millones de dólares más la promoción, Superman necesita superar los 700 millones en la taquilla mundial para ser considerada un éxito rotundo.
Filtrado el descomunal presupuesto de 'Superman' de James Gunn: crece la preocupación en Warner ante un posible fracaso en taquilla
Esos 700 millones de dólares son esenciales: no solo para justificar su inversión, sino para sostener los planes de una década de películas y series interconectadas que Gunn y Safran trazaron tras asumir el mando del estudio en 2022 por encargo directo de David Zaslav, CEO de Warner Bros. Discovery. Para un conglomerado aún arrastrando una deuda de más de 37.000 millones de dólares tras la fusión con WarnerMedia, el desempeño de Superman en cines y plataformas es crítico.
El reto no está en la competencia veraniega —que incluye títulos como Jurassic World Rebirth—, sino en si Gunn ha logrado traducir la esencia de un personaje creado en plena era Eisenhower a un lenguaje y tono que conecten con una audiencia posmilénica, escéptica y cambiante. ¿Puede Kal-El volver a inspirar a una generación que ya ha presenciado múltiples encarnaciones fallidas de su leyenda? En medios como The Wrap lo ponen en duda-
David Corenswet —a quien vimos recientemente en Twisters— recoge el testigo del Último Hijo de Krypton, acompañado por Rachel Brosnahan como Lois Lane y Nicholas Hoult como Lex Luthor. Es un reparto joven, sin grandes estrellas que acaparen titulares, pero con potencial para revitalizar el mito desde su base. A diferencia de la apuesta nostálgica de 1978, aquí no hay Marlon Brando ni Gene Hackman que sirvan de ancla.
Los datos preliminares juegan a favor: el primer tráiler, lanzado en diciembre, superó los 250 millones de visualizaciones y generó más de un millón de publicaciones en redes, según Gunn. El entusiasmo está ahí. Ahora queda lo más difícil: que el público vuelva a creer en el símbolo de la esperanza. Porque si Superman fracasa, todo el nuevo universo DC podría caer con él.















