La tercera temporada de The White Lotus ha llegado a su final esta semana con un episodio de 80 minutos que, fiel a la tradición de la serie, ha dividido a la audiencia. Mike White ha vuelto a entregarnos un clímax cargado de tensión y fatalismo, muy en la línea de temporadas anteriores, resolviendo la mayoría de las tramas con una contundencia dramática que no se veía desde la segunda entrega.
Pero como suele suceder en estos casos, no todo el mundo ha quedado satisfecho: hay una incógnita que sigue flotando —literalmente— desde el primer capítulo y cuya resolución, o ausencia de ella, ha generado desconcierto entre los más atentos.
La escena inicial que arruina el final de The White Lotus: su mayor misterio sigue sin respuesta
El misterio en cuestión es el que articula toda la narrativa: el cadáver que aparece al inicio de la temporada, flotando boca abajo en el estanque del resort tailandés. Durante semanas, ese plano se convirtió en el eje de especulación y teorías. Ahora sabemos que las víctimas principales son Rick y Chelsea -cuya actriz se ha convertido en un fenómeno-, fallecidos en un tiroteo provocado por el propio Rick, en un acceso de violencia que se cobra además la vida de Jim, el esposo de Sritala. Es un final crudo, violento y cargado de simbolismo. Pero hay algo que no encaja.
Un usuario en X, citado por Cosmopolitan, ha señalado un detalle clave: el cuerpo que ve Zion en el primer episodio, durante su sesión de meditación, no parece corresponderse con ninguna de las muertes mostradas al final. Cabello oscuro, camisa blanca lisa, flotando boca abajo en silencio absoluto. No es Rick -con un brutal y bien venido Walton Goggins-. No es Chelsea. No es Jim. Y no es nadie reconocible del reparto. Entonces, ¿quién es?
La pregunta obliga a una interpretación más libre, incluso caótica, como el desenlace mismo del episodio. Con armas en manos tanto de Rick como de los guardias de seguridad, y una secuencia de confusión y disparos en pleno resort, podría suponerse que se trata de un huésped anónimo o un miembro del personal atrapado en el fuego cruzado. Pero lo cierto es que no vemos a nadie más morir. Rick elimina a tres personas: Jim y dos guardias. Ninguno lleva la ropa del cadáver inicial.
Aquí es donde algunos espectadores creen que Mike White ha hecho una pequeña trampa narrativa. En las temporadas anteriores, había una relación directa y visual entre los cadáveres del primer capítulo y los fallecidos del final. Aquí, en cambio, parece que White ha optado por la elipsis, o directamente por el despiste. Una imagen potente, sugerente, pero que no termina de cerrarse con coherencia interna. En los últimos minutos vemos los cuerpos de Rick y Chelsea flotando, como queriendo conectar visualmente con aquel arranque, pero el detalle de la ropa —y de los actores— no cuadra. La correlación se rompe.
No es la única inconsistencia que ha señalado el fandom. Hay quien se pregunta cómo es posible que Rick regrese al resort como si nada tras haber amenazado de muerte al dueño solo un día antes. El propio Mike White ha reconocido en entrevistas que varias escenas se quedaron en la sala de montaje, entre ellas una en la que Piper perdía la virginidad con Zion. No sería extraño que otras secuencias recortadas hayan erosionado la lógica interna del relato.
The White Lotus sigue siendo una de las series más fascinantes y estilizadas del panorama actual, pero esta temporada, más ambiciosa y desbordada que nunca, demuestra que incluso los resorts de lujo tienen goteras.
