'Dragon Ball Daima' fue un rotundo éxito de audiencias y un fenómeno como pocos; abarrotando internet con cada nuevo episodio y haciendo vibrar a los seguidores de la obra de Akira Toriyama con las aventuras de Goku y compañía en el Reino Demoníaco.
La incorporación de nuevos personajes como Majin Kuu o Gomah funcionaron realmente bien entre el público, pero hay una decisión narrativa que sigue perturbando a muchos: no desvelar la fusión Apegabicho mencionada a lo largo de la ficción. 'Daima' nos dejó a puertas de conocer un nuevo y poderoso guerrero, y aun no entendemos el motivo.
'Dragon Ball' nos tomó el pelo con su última fusión y aun duele: el nuevo 'Vegetto' nunca verá la luz
Si hacéis buena memoria, durante los primeros compases de 'Dragon Ball Daima' Goku acaba en una pequeña tienda del Reino Demoníaco. En ella, el Guerrero Z se topa con una serie de caramelos que ofrecen beneficios de poder a quien se los toma. Por ejemplo, uno de ellos funcionaba como una Zenzu, reestableciendo la energía y vitalidad de cada personaje, muy útil en combate. El más interesante, sin embargo, era el Apegabicho, que permitía que dos personas diferentes se fusionasen.
Como si de la unión Pothala se tratase, los Apegabicho requerían de conexión entre dos individuos mediante un objeto -en este caso comestible- para dar lugar a un nuevo y poderoso ser. Aunque Goku carga con ese tipo de extraño caramelo durante toda la serie, durante el enfrentamiento final contra Gomah pierde la cartera donde los guardaba y la nueva fusión queda enterrada. Todo, por supuesto, para focalizar la espectacularidad en el nacimiento del Super Saiyan 4 'canónico'.
Se esperaba que, en algún momento de desesperación, Goku y Vegeta -y puede que hasta un tercero- volvieran a unirse para hacer frente al tirano del Reino Demoníaco, pero por desgracia todo quedó en un simple recuerdo y en un sueño frustrado. Ahora, sin temporada 2 de 'Daima' anunciada ni confirmada -ni siquiera se ha hablado de ello realmente- es bastante evidente que vamos a quedarnos con las ganas y jamás sabremos qué aspecto hubiera tenido esta peculiar fusión que apuntaba maneras, sobre todo en vista del poder de los objetos demoníacos.















