La década de los 2010 fue un paraíso para los fans. El auge del fenómeno Young Adult, esa generación millennial criada entre libros de J. K. Rowling, los Vengadores de Marvel y las trilogías recicladas de George Lucas, convirtió la cultura pop en un motor económico a escala global.
Durante esos años, asistimos al apogeo del Universo Cinematográfico de Marvel, al épico final de Harry Potter, al controvertido renacer de Star Wars bajo el ala de Disney y a lo que muchos consideran una nueva edad dorada para el estudio del ratón. En paralelo, el merchandising —figuras, camisetas, réplicas de sables láser, varitas o escudos vibranium— dejó de ser un nicho para coleccionistas y se transformó en una industria multimillonaria. Pero esto va a cambiar.
El mercado friki pierde fuelle: la demanda de merchandising cae un 15% mientras los precios se disparan
La fiebre por el mercado friki parece estar enfriándose. Según un reciente informe de idealo.es, el popular comparador de precios europeo, la demanda de productos de merchandising ha caído un **15%** en el último año. Un dato preocupante para las grandes franquicias que, poco a poco, empiezan a perder su capacidad de arrastre comercial.
¿El motivo? Uno de ellos apunta directamente al bolsillo del consumidor. Según el estudio, el precio medio del merchandising ha aumentado un 11% en apenas doce meses. Y en algunos casos, el incremento ha sido mucho más agresivo.
Por ejemplo, en el universo de Star Wars, buque insignia de la cultura friki, los precios se han disparado un 30% desde mayo de 2024. No es un dato menor: hablamos de la saga que cada 25 de mayo celebra su Día del Orgullo Friki en recuerdo al estreno de Una nueva esperanza, la película que lo cambió todo en 1977.
Otro caso paradigmático es el de Disney, que lleva años explotando la nostalgia a través de sus remakes en acción real. Clásicos como El Rey León, La Sirenita o Aladdin han regresado a la gran pantalla con nuevos rostros y efectos digitales y una nueva línea de merchandising bajo el brazo. Mañana mismo se estrena el remake de Lilo & Stitch, que llega en medio de una tendencia al alza: el precio de los productos asociados a Disney ha subido un 14% en el último año.
En resumen, el fenómeno friki sigue vivo, pero empieza a dar señales de fatiga. Las sagas buscan nuevas formas de reinventarse, mientras los fans se enfrentan a una oferta cada vez más cara y menos inspirada. Puede que no estemos ante el fin del merchandising pero sí ante el final de su edad dorada.
