La baliza V-16 sigue dando que hablar. Quedan apenas unos días para que los conductores de toda España digan adiós -esta vez para siempre- a los veteranos triángulos de emergencia. Han pasado más de veinte años viajando con nosotros en el maletero, soportando lluvia, calor y averías, pero su etapa llega a su fin: el 1 de enero de 2026 marcará el relevo definitivo hacia la baliza V-16, el nuevo estándar de señalización que transformará nuestra rutina en carretera.
Anunciada hace ya casi un lustro y conviviente hasta ahora con los triángulos, la V-16 se convertirá en la única herramienta válida para avisar de una incidencia en la red viaria. A partir del próximo mes, no habrá margen para dudas ni nostalgias: si tienes un problema, la señal luminosa será tu única aliada.
Y claro, cuando llega un cambio así, las preguntas se multiplican. Muchos conductores se enfrentan en cuestión de semanas a un nuevo protocolo que puede pillarlos desprevenidos, sobre todo en escenarios complicados: túneles interminables, tramos remotos sin cobertura o carreteras que parecen desconectadas del mundo. La gran duda era obvia: ¿funcionará la V-16 en esos lugares donde ni el móvil se atreve a conectarse?
La DGT lo asegura: tu baliza V-16 funciona aunque estés sin cobertura o atrapado en un túnel
La propia Dirección General de Tráfico responde con rotundidad. En su apartado destinado a desmontar falsos mitos, la DGT deja claro que sí, que la baliza seguirá operativa incluso en condiciones extremas. ¿La clave? Su uso de redes IoT especializadas, preparadas para funcionar donde otras tecnologías fallan. Y si aun así no hubiese ni rastro de señal, la baliza continuaría cumpliendo su misión más básica: hacerte visible. Iluminar tu posición para que otros conductores sepan que estás ahí.
Pero conviene no confundirse. La llegada de la V-16 no significa que vayamos a tener un asistente mágico en el coche. El propio Pere Navarro, director general de Tráfico, insiste en que el cambio se realiza por una razón esencial: evitar atropellos. La baliza elimina la necesidad de bajar del coche, caminar por arcenes oscuros o jugarse la vida desplegando triángulos en plena vía. Es una mejora evidente.
Aun así, Navarro recuerda algo fundamental que muchos parecen pasar por alto: la baliza no llama a emergencias por ti. Y lo dice sin rodeos: “Hay quien piensa que colocando la V-16 ya se ha acabado todo. No. La baliza sirve únicamente para avisar que, a un kilómetro y medio, hay un vehículo detenido por una incidencia. Nada más”. El resto —avisar al seguro, pedir la grúa o gestionar el problema— sigue siendo responsabilidad del conductor. En resumen: la V-16 te hace visible, pero el teléfono lo coges tú.
