Lo que en 2019 parecía una extravagancia científica ha comenzado a perfilarse como una de las soluciones más prometedoras para la minería del futuro. En los alrededores de Boddington, investigadores del CSIRO descubrieron que ciertas cepas del hongo Fusarium oxysporum podían metabolizar oro y mejorar su propagación al hacerlo. En palabras de su descubridor, Tsing Bohu, “tenía que verlo para creerlo”.
Hongos que encuentran oro: de la Tierra al espacio
Ahora, con el oro rozando los 3.000 dólares por onza, el hallazgo ha vuelto al centro del interés internacional con una ambición aún más osada: su aplicación en minería espacial. El oro, químicamente inerte, rara vez participa en ciclos biogeoquímicos. Por eso el hallazgo fue tan sorprendente: los hongos no solo incorporaban el oro a su estructura, sino que lo hacían de forma eficiente.
Aquello abrió la puerta a un nuevo campo de estudio —la "minería metabólica"— que consiste en utilizar organismos vivos para extraer metales preciosos del entorno. En Australia, uno de los principales productores de oro del mundo, esta idea ha cobrado fuerza como método complementario de prospección, especialmente en terrenos difíciles o yacimientos agotados.
Sin embargo, el gran salto conceptual se ha dado más allá de la atmósfera. Ante los desafíos de la minería en asteroides o en la Luna, se estudia el envío de microorganismos para procesar metales in situ. En lugar de desplegar maquinaria pesada, la minería espacial del futuro podría basarse en laboratorios biológicos a escala celular.
Minería metabólica en el espacio: el nuevo horizonte biotecnológico
Esta estrategia, que puede sonar a ciencia ficción, tiene precedentes sólidos en biotecnología. Usamos organismos vivos para producir desde insulina hasta bioplásticos, y ahora se quiere aplicar eso en el espacio. El reto está en mantener con vida a los microorganismos, evitar la contaminación cruzada y garantizar su rendimiento en condiciones extremas. Pero si el proyecto avanza, podríamos estar ante un cambio de paradigma: de perforar la roca a “cultivar” el oro.















