La ciencia acaba de dar un paso de gigante hacia una nueva era energética. Un equipo de investigadores británicos ha presentado una batería que promete cambiar radicalmente el uso de dispositivos médicos y tecnológicos: una pila fabricada con diamante y carbono-14 que, según sus creadores, puede funcionar durante nada menos que 5.700 años sin necesidad de recarga ni sustitución.
Una batería que desafía el tiempo
La cifra es tan extraordinaria como sus posibles aplicaciones: desde marcapasos hasta sondas espaciales, pasando por audífonos y sensores remotos. El secreto está en su núcleo. Esta batería revolucionaria emplea carbono-14, un isótopo radiactivo que emite una radiación de corto alcance, lo que lo hace seguro para su uso en humanos si se encapsula correctamente. Ese es el trabajo del diamante sintético: actuar como barrera protectora y al mismo tiempo como conductor del proceso de conversión de energía.
A diferencia de las baterías convencionales, aquí no se almacenan cargas que se agotan, sino que se genera electricidad de manera continua a partir de la desintegración del carbono radiactivo. El profesor Tom Scott, de la Universidad de Bristol, uno de los responsables del proyecto, ha sido tajante sobre su potencial: “Esta tecnología de microenergía podría revolucionar desde la industria aeroespacial hasta la medicina”.

Tecnología eterna con valor ambiental
Y no es para menos. Las baterías actuales de marcapasos, por ejemplo, deben reemplazarse cada 5 a 10 años, con operaciones invasivas para el paciente. Con esta nueva batería, un solo implante podría durar toda una vida, eliminando riesgos quirúrgicos y mejorando enormemente la calidad de vida de millones de personas.
Pero además del impacto sanitario y tecnológico, hay un beneficio medioambiental de enorme calado. El carbono-14 utilizado proviene del grafito de desecho de reactores nucleares. En lugar de enterrar estos residuos peligrosos durante siglos, la tecnología propone darles una segunda vida como fuente limpia y constante de energía. De este modo, la batería no solo no contamina, sino que ayuda a mitigar un problema de residuos radiactivos que lleva décadas sin solución eficiente.