Málaga vivió este domingo un baño de cine y mitomanía de primer nivel. El Hall M de la San Diego Comic-Con Málaga se vino abajo, como ya ocurrió con Jared Leto. Y es que apareció en escena el gran protagonista de la jornada: Arnold Schwarzenegger. El actor, exgobernador de California y mito del cine de acción, ejerció de padrino en la primera edición europea de la Comic-Con, y lo hizo con la naturalidad de quien lleva toda la vida conquistando escenarios.
Arnold Schwarzenegger hace historia en la Comic-Con Málaga: “Volveré”
El encargado de darle la bienvenida no fue otro que Antonio Banderas, amigo y compañero suyo en Los mercenarios 3, que sorprendió al público arrodillándose para entregarle el premio honorífico de esta edición. Entre bromas, abrazos y complicidad, los dos astros hicieron vibrar a los más de 3000 asistentes, demostrando una sintonía que traspasaba el recuerdo del rodaje. Schwarzenegger, fiel a su estilo, no tardó en soltar sus frases legendarias -el "Hasta la vista, baby" o el inmortal "Volveré"- y confesó que aceptó la invitación a Málaga sin pensarlo: "Me apunté en cuanto me lo propusieron".
Durante la charla, moderada por Álex de la Iglesia, el intérprete repasó su trayectoria vital: desde sus orígenes en el culturismo, donde aprendió disciplina y confianza, hasta su salto a Hollywood, marcado por un físico imponente y un acento que en sus inicios fue obstáculo y sello a la vez. Recordó su debut internacional con Conan el Bárbaro, rodada en España hace más de cuatro décadas, y aseguró que el país siempre será parte de sus raíces artísticas.
No faltaron anécdotas de su rivalidad con Sylvester Stallone en los ochenta -al que incluso imitó-, una auténtica “guerra fría” por ver quién mataba a más enemigos en pantalla, quién usaba armas más grandes o quién lideraba la taquilla. Con humor, rememoró cómo aquella competición acabó siendo gasolina para el género de acción. También hubo espacio para reflexiones políticas: contestó con calma a las palabras de Donald Trump de esta semana, defendiendo que "nadie debería odiar a nadie" y que el respeto debe prevalecer sobre la confrontación.
El momento más inesperado llegó cuando le propuso públicamente a Álex de la Iglesia rodar juntos una película. Tras unos segundos de sorpresa, el cineasta vasco respondió con un entusiasta “sí” que arrancó una ovación general. Y como buen Terminator, Schwarzenegger lanzó una promesa con sabor a guiño cinéfilo: “Volveré”. Málaga, convertida por unas horas en capital mundial del cine fantástico, ya lo espera.















