Anne Hathaway lleva cinco años moviéndose con una soltura envidiable entre registros, géneros y presupuestos. Ha transitado por el thriller con Eileen y Vidas perfectas, ha regresado a la comedia romántica que la encumbró con La idea de tenerte, y pronto se dejará ver en La Odisea, la nueva superproducción de Christopher Nolan y la secuela de El diablo viste de Prada.
Pero si algo ha definido la carrera de Hathaway es su capacidad para asumir riesgos sin perder el pulso de estrella. Su próximo paso lo confirma: Mother Mary, un melodrama independiente producido por A24 y dirigido por David Lowery (A Ghost Story, El caballero verde), en el que interpreta a una diva del pop en pleno naufragio emocional.
La elección, a primera vista, parece desconcertante. ¿Qué hace una actriz con un Oscar y una carrera forjada en Hollywood metiéndose en una cinta experimental sobre fama, trauma y redención? Precisamente eso: lo que siempre ha hecho. Hathaway no es de las que buscan repetir fórmula, sino de las que se lanzan al vacío si el papel lo exige. Según la actriz, su experiencia fue dura en el rodaje, pero al mismo tiempo, edificante.
Anne Hathaway habla del rodaje de su próxima película: "Resultó complicado, como suele serlo todo aquello que deja huella."
En Mother Mary, da vida a una cantante en crisis que intenta recomponer la relación con la diseñadora que la ayudó a construir su identidad pública. Una historia de rupturas, de dependencia creativa, de heridas abiertas y escenarios en ruinas. Durante el rodaje, según ha revelado el propio Lowery, Hathaway se desmoronó en una escena especialmente intensa y pidió perdón a su compañera de reparto, Michaela Coel, por miedo a herirla con el texto. “Fue como rodar Apocalypse Now”, ha confesado el director, comparando la intensidad emocional de la película con la experiencia de un rodaje bélico.
En declaraciones para Vogue, Hathaway explicaba el vértigo que sintió al enfrentarse a un papel que, más que interpretarse, exigía una entrega total: “No se puede ‘actuar’ en Mother Mary”, confesaba en relación a su proceso de transformación en la filmación, muy distinto a todo lo que había hecho antes.
“Tenía que convertirme en material con el que David pudiera trabajar. Y eso significaba aceptar que sería una principiante. Cada día. Y permitirte estar mal, fracasar, aprender. Para llegar ahí, tuve que soltar partes de mí que no quería soltar. Fue liberador. Pero también fue duro. Como lo son todas las experiencias que te transforman”, concluía.
La película aún no tiene fecha de estreno confirmada, pero sí una banda sonora prometedora: Jack Antonoff y Charli XCX firman la música original. Todo apunta a que Mother Mary será uno de esos filmes que dividen, fascinan y, con suerte, perduran.
