Joker de 2019, la película de Todd Phillips y Joaquin Phoenix -del que os recomendamos nuestro especial sobre su carrera-, fue aplaudida por crítica y público, aunque es cierto que generó mucha controversia. La conversación global alrededor del film no ha dejado de crecer, generándose debates de todo tipo alrededor de la validez de su relato, su estructura o incluso su final. David Fincher, responsable de Seven o Perdida, la consideró una desfachatez pretenciosa, y ahora a raíz de una conversación de Edgar Wright y Quentin Tarantino en el podcast de Empire (vía Spotify), sabemos la opinión detrás de Érase una vez en Hollywood.
Una experiencia cinematográfica notable, pero monótona según Tarantino
"Joker es una película un poco monótona", ha llegado a decir el realizador que cree que sus referencias cinematográficas, aunque buenas para las nuevas generaciones, otorgan demasiada importancia a los detalles extraídos de las cintas de los años setenta. "Quiero decir, ¿es esto lo que tenemos que hacer? ¿Coger grandes películas de los 70 y rehacerlas como artefactos de la cultura pop?", comenta. El cineasta aborda uno de sus grandes momentos, el clímax en el que Arthur Fleck es invitado por Murray Franklin (Robert De Niro) en su talk-show de máxima audiencia, un hecho que va de menos a más gracias a una serie de escenas y secuencias muy tensas, que acaban sucediéndose de forma muy natural y que acaban por poner al espectador en una situación de extrema incomodidad al presentarlo todo de una forma muy subversiva en el fondo de su psique. "La subversión, en su máxima expresión, logra una respuesta en la audiencia y un efecto en la pantalla, consiguiendo que la atmósfera del cine cambie por completo", explicaba.
"La secuencia en el talk-show de Joker, creo que contiene todo esto a un nivel muy profundo, un nivel que consigue infiltrarse en la mente de los espectadores. No es suspense, va más allá de eso. Todos acaban dentro. Quiero decir, si ves esta película en un avión, o en streaming... No sé, no has visto esta jodida película. Te has hecho una paja en vez de tener sexo de verdad. Te has hecho una paja en lugar de montarte un trío", prosigue el director de Pulp Fiction, que cree que todo lo que rodea a esa secuencia, y que destapa el clímax final en las calles de Gotham, está muy bien entrelazado en la trama. "Es buena porque el director subvierte a la audiencia porque el Joker es un jodido chiflado. El presentador del talk-show que interpreta Robert De Niro no es el villano de la película. Parece un capullo, pero no mucho más que un David Letterman. Solo es un cómico capullo de la televisión", afirmaba.
"Es decir, no es el villano, y no merece morir. Pero cuando la audiencia está mirando al Joker, quiere que mate a Robert De Niro. Quiere que saque la pistola apunte y le vuele la puta cabeza. ¿Qué pasaría si el Joker no le hubiera matado? Que te sentirías defraudado", prosigue. "Joder tío. ¡Este es la subversión al máximo nivel! Consigue que la audiencia piense como un jodido lunático y quiera algo que normalmente nunca hubiera querido. ¡Y luego te mentirán sobre ello! Los espectadores dirán ‘no, no quería que ocurriera’, pero son unos jodidos mentirosos. Claro que querían", concluye el director. De hecho, aunque se vendió como una cinta independiente y única, Warner está muy contenta con el resultado y quiere explorar la idea de más secuelas ambientadas en su universo y con su mismo planteamiento adulto.
