George Clooney sigue arrastrando su pasado como Batman en Batman y Robin, considerada por muchos como el peor film del murciélago jamás estrenado. La cinta, que llegó a los cines en 1997 de la mano de Joel Schumacher (que falleció este año), casi se carga la saga de Batman y hundió la franquicia en pozos de Lázaro durante años. Renació, claro, gracias al esfuerzo de Warner Bros. y Christopher Nolan, algo que llevó a Ben Affleck a interpretar el papel de Wayne más adelante en la versión de Zack Snyder. Ante lo arriesgado de ser el cruzado de la capa, Clooney quiso advertir a su amigo de forma clara.
Clooney y Batman y Robin: una historia de desamor
"Mirad, es tan mala que incluso produce dolor físico verla. Duele muchísimo", confirmaba el actor y director de El cielo de medianoche, que se estrenará en Netflix. Tras su mala experiencia, quiso disuadir a su compañero Ben Affleck de que interpretara a Batman en Batman v Superman: El amanecer del la justicia. Sí, es un papel que le dio dinero, y de hecho funcionó en taquilla, pues recaudó 238 millones de dólares, pero casi termina con su carrera pues lo convirtió en el hazmerreír. Affleck decidió embarcarse en el proyecto de Zack Snyder y Warner, y tras su enfrentamiento contra Henry Cavill, aparecería en Escuadrón suicida, Liga de la Justicia y el nuevo Snyder Cut, además de aparecer en The Flash. Affleck siempre se ha sentido orgulloso de su versión, y ha valorado públicamente sus opiniones sobre lo que triunfó y falló de su versión.
"Bueno, yo he tenido fracasos y éxitos, aunque eso no quiere decir que la gente siempre me escuche. En aquel momento Ben no me escuchó y terminó haciendo un gran trabajo con Batman, así que me equivoque. Pero solo puedo dar consejos desde mi experiencia. Solo dije ‘no te pongas pezones en el traje’", admite entre risas Clooney, que es consciente del momento más bajo de la saga, algo que reconoció Akiva Goldsman, guionista del film. En un momento, Schumacher, director del film, diseñó pezones para los trajes que llevaban Batman y Robin, apoyándose, según en sus propias palabras, en el homoerotismo latente de larga duración entre los dos personajes e DC Cómics.
"Lo cierto es que estuve muy mal en la película. Akiva Goldsman, que ganó el Oscar por Una mente maravillosa, escribió el guion. Y era un guion terrible. Joel Schumacher, que falleció hace poco, la dirigió como pudo y dijo ‘sí, no funcionó’. Todos nos lo olíamos", concluía.
