Brian De Palma es un director único y distinto a lo habitual en Hollywood. Hace años decidió apartarse de la carrera de la taquilla, y al tomar esa decisión, casi fue condenado al ostracismo. El teléfono dejó de sonar y poco a poco vio como sus películas no llegaban a las salas. Ahora, según explica en una entrevista a AP, comenta cómo se negó a realizar una segunda parte de Misión Imposible, momento en el que su carrera dejó de tener importancia en el circuito comercial.
Tom Cruise le pidió hacer una segunda parte y De Palma se negó
"Fue después de hacer Misión Imposible. Tom Cruise me pidió que empezase a trabajar en la siguiente. En ese momento le dije, '¿Estás bromeando?'. Una de esas películas ya era suficiente, ¿por qué querría hacer otra? Por supuesto, la razón de hacer otra es el dinero.
Nunca fui un director que buscase hacer dinero, y eso siempre ha sido un gran problema en Hollywood. Esa es la verdadera corrupción de Hollywood", comenta el director de Carrie. Él mismo cree que fue en ese momento cuando alcanzó su cenit en Hollywood, quedándose en la estacada al no seguir en el tren comercial que se le presentó en aquella ocasión.
"Creo que alcancé mi máximo esplendor en mi carrera cuando estaba a mitad de la cincuentena, haciendo Atrapado por su pasado y después Misión imposible. La verdad, no se mejora tras eso. En ese momento tienes todo el poder y las herramientas a tu disposición. Cuando tienes al sistema de Hollywood trabajando para ti, puedes hacer cosas increíbles. Pero a medida que tus películas tienen menos éxito o recaudan menos, se hace más difícil retener ese poder y tienes que empezar a hacer concesiones. No sé si llegas a ser consciente de que estás haciéndolas", explica en relación a la maquinaria de Hollywood, que tras la pandemia del coronavirus y los parones en los rodajes y estrenos, estima que se perderán 2 millones de puestos de trabajo y se perderán más de 20.000 millones de dólares.
"Las cosas que hacen o filman ahora no tienen nada que ver con las películas que hacíamos en los 70, 80 y 90. Lo que me saca de mis casillas es cómo lucen. Al estar rodadas en digital, son simplemente horribles. No puedo soportar toda esa oscuridad, las luces rebotadas. Todas se ven igual", explicaba el responsable de Scarface en relación a cómo ha cambiado el cine en estos últimos años.