China ha decidido paralizar de golpe la apertura de los cines y espacios recreativos públicos. El país, que estaba reabriendo de forma paulatina los cines y teatros tras meses de clausura por culpa de la pandemia de coronavirus, ha decidido clausurar sus fronteras y evitar que las salas vuelvan a recuperar su actividad comercial habitual. Si bien había planes consolidados, parece que los exhibidores han recibido órdenes del gobierno chino de no avanzar más en estos planes por temor a una segunda oleada de contagios.
No ha habido explicación oficial, pero China teme una segunda oleada de contagios
Según explica The Hollywood Reporter, no se han proporcionado explicaciones oficiales para una reversión tan repentina de esta política que buscaba revitalizar el sector del entretenimiento, gravemente dañado por las cuarentenas forzosas de las zonas más peligrosas y con mayor incidencia del virus. Los expertos de la industria cinematográfica han tomado esta noticia como un jarro de agua fría, y han comenzado a especular instantáneamente con que el gobierno estaba preocupado por una posible segunda ola de infecciones por coronavirus, que podría tener su incidencia en los meses del verano.
China Film Group, el distribuidor oficial del estado comunista, y el que controla todas las fechas de lanzamiento en el país, habilitó una lista con los cines autorizados a abrir, invitándolos a reestrenar grandes éxitos en China como The Wandering Earth, Avatar o Los Vengadores. El citado medio estadounidense se ha puesto en contacto con miembros de la industria cinematográfica del país, que han mostrado su preocupación por dos frentes.
El primero, el económico. El segundo, el relacionado con un posible segundo brote del coronavirus. "Este segundo cierre no será un tema de una o dos semanas", explicaba un miembro destacado de la industria cinematográfica china que no ha querido identificarse por temor a las represalias del gobierno con respecto a un asunto tan delicado. "Serán aún más cautelosos cuando intenten reabrir nuevamente, y esto nos retrasará mucho tiempo", confirmaba.
En estos momentos, el gobierno confirma que todos los casos nuevos provienen de viajeros y residentes que regresan del extranjero, un aspecto que los ha llevado a cerrar las fronteras del país para evitar un temido segundo brote. Sin ir más lejos, esta medida drástica, que fue criticada por el comité que dirige el país cuando se arrojó como elemento para evitar la propagación en Occidente, se ha vuelto su mejor aliado en estos momentos. Da igual que se tengan permisos de trabajo o de residencia. Las autoridades han defendido estas medidas agresivas para evitar que China sucumbiera a un segundo brote que colapsaría al país sin remedio alguno en el corto y medio plazo.
