Ridley Scott está ligado a la saga Alien. El director, que cambió el género de ciencia ficción y horror en los años setenta con Alien: El octavo pasajero, está celebrando estos meses el 40º aniversario del estreno del film junto a Tom Skerrit, el actor que interpretó a Dallas, el capitán de la Nostromo y Veronica Cartwright, que dio vida Lambert. El equipo original se han reunido con Variety en una interesante entrevista en la que se desvelan detalles inéditos del rodaje y en la que el propio Scott se reafirma en dirigir la tercera precuela de la serie cinematográfica, conocida de momento como Alien: Awakening.
El germen de Alien
"Cuando leí el guion de Dan O'Bannon pensé que era sólido. No me pareció muy bueno, pero sí sólido y bien estructurado. Pero claro, ¡era una película de apenas 2 millones de presupuesto! Pensé, vale, son dos millones de pavos, esto acabará siendo algo digno de Ed Wood", explicaba Skerritt cuando le ofrecieron el papel. Fue la incorporación de Scott en el film, junto al éxito de su debut en el medio con Los duelistas (1977) lo que le hizo cambiar de opinión. "Sabía que había visto una obra maestra. Era como un cuadro", afirma.
"Fue entonces cuando recibí una llamada de uno de los productores, Gordon Carroll, y me comentó que habían aumentado el presupuesto y que la película iba a estar rodada por un chico, un tal Ridley Scott, que lo había hecho bien. Entonces claro, contesté que estaba dentro. Solo tenía que saber que Scott estaba haciéndola y que él sacaría la magia de un proyecto así", añade el actor. Sin embargo, explican en Variety, que Scott jamás fue la primera opción. "No fui la primera opción, creo que fui el cuarto director en la lista", notifica el cineasta, que afirma que Robert Altman estuvo a punto de sentarse en la silla.
"Me enviaron el guion y lo leí. Y claro, me encantó. Estuve en Hollywood en menos de 32 horas desde que me lo enviaron", añade. Sobre el tema del presupuesto, al ver que eran 4 millones de dólares, pues me pareció bien. No obstante, hice Los duelistas por menos de 800.000 dólares, por lo que las cifras me sonaban bien. Les contesté que regresaría a Londres y ajustaría las cifras con sumo cuidado", apunta.
En menos de tres semanas, Scott firmó el storyboard del film y planificó toda la película. "Estaba dibujando todo el día. Luego volé de regreso a Los Angeles con todas las tablas y cartulinas, y de repente vieron que tenían un tipo diferente de película. Los dibujos les dijeron eso. Entonces, me di cuenta del poder que tiene visualizar algo. El presupuesto se aumentó a 8,2 millones de dólares, aunque al final se terminó en una cifra cercana a los 8,6 tras el rodaje", puntualizaba.
Una película atmosférica y única en el género
Fue un éxito. El film protagonizado por Sigourney Weaver como Ripley recaudó 105 millones de dólares en 1979, y dio pie a tres secuelas, varios crossover y dos precuelas, ambas dirigidas por Scott. La tercera, que dirigirá también el creador del film original, está en proceso de escritura. "Nadie ha sido capaz de hacer algo así", apunta Veronica Cartwright. "No le puedes enseñar demasiadas veces el monstruo a la audiencia porque te acostumbrarás a él y eso es lo peor que puedes hacer", explica Ridley. "Esa ha sido siempre mi tesis. La mejor pantalla y cine del mundo está entre tus oídos, en pleno cerebro. Creo que es lo mejor, dejar que se imagine y se crea cualquier cosa. Es cuestión de dejar que el cerebro haga mucha parte del trabajo. Ahí es donde empiezas a aprovechar las ansiedades de la gente", apunta. Parte de la atmósfera de terror tiene que ver con la propia nave, la Nostromo, un laberíntico conjunto de pasillos de diseño gótico plagado de tuberías, vapor y luces estroboscópicas.
"La Nostromo era un set gigante construido en una de las naves de Shepperton, en la que todo el equipo de intérpretes se podía incluir en la misma toma para dar pie a ese tipo de secuencias comunales y atmosféricas" explica guionista Scott Essman. "¿Sabes que si vas de una habitación a otra estás abajo de forma real? Hay un buen número de pasillos y está poco iluminado. Hizo que todo fuese muy emocionante, ya que no sabías dónde estaba la criatura de un momento a otro", explica. "Se trata de un trabajo de fotografía, iluminación y del propio estado de ánimo de Scott, que movía la cámara por la nave de una forma realmente inquietante", afirma. "Además, los diseños de las criaturas de H.R. Giger eran profundamente perturbadores, decididamente eróticos y completamente únicos en una película de género", concluía Essman.
"Todo era muy claustrofóbico", explica Cartwright. "Teníamos toneladas de humo en el plató. Era bastante inmundo y agobiante", comenta al citado medio. El reparto recuerda con especial cariño el momento del nacimiento del xenomorfo, que se abre paso a través del pecho de John Hurt mientras compartían almuerzo, una de las secuencias más icónicas del film y de la historia del cine.
"Habían llenado el pecho de Hurt con restos de casquería y sangre falsa y nos lanzaron de todo cuando entramos en la toma", añade Cartwright. “Todo el lugar estaba envuelto en plástico. Todo el mundo estaba en impermeables. Estábamos muy extrañados. Dijeron que me mancharía un poco de sangre: no esperaba que me iba a salpicar con un chorro directo. Me golpearon directamente en la cara con la sangre falsa y de ahí salió el famoso 'Oh, Dios'. Se grabó en una sola toma", concluye. El trabajo del diseño de la criatura y de todo el conjunto de efectos visuales, les hizo ganar a todo el equipo el Oscar a los mejores efectos especiales.
El legado de Alien
"Creo que Alien capturó nuestros temores más primordiales. Es particularmente especial porque no es un film que está edulcorado o embellecido con ninguna otra caracterización que no sea lo que ves. Es todo eso lo que obtienes, minuto a minuto, con estas personas en la nave. Es por eso que mucha gente estaba muerta de miedo en el estreno. Es porque están viviendo en el film, minuto a minuto, y eventualmente, segundo a segundo" concluye Scott.
