El glutamato monosódico (MSG) es un aditivo alimentario omnipresente en productos ultraprocesados en España, donde se utiliza principalmente como potenciador de sabor. Este compuesto, derivado del ácido glutámico y la sal sódica, fue aislado por primera vez en 1908 por el profesor Kikunae Ikeda a partir del alga kombu y katsuobushi, y su desarrollo marcó el inicio de su uso masivo en la industria alimentaria debido a su capacidad para realzar el sabor umami. Sin embargo, aunque se considera seguro para el consumo humano, su uso ha suscitado debates en torno a posibles efectos secundarios en ciertas personas con sensibilidad al MSG, como cefaleas, enrojecimiento facial y taquicardia.
Glutamato como neurotransmisor y sus implicaciones
Esta sustancia, en su forma natural como neurotransmisor, juega un papel fundamental en el sistema nervioso. Según The Journal of Nutrition, es el neurotransmisor excitatorio más abundante en el cerebro de los vertebrados y está implicado en más del 90% de las conexiones sinápticas del cerebro humano. Su función es crucial para procesos como el aprendizaje y la memoria, lo que evidencia la importancia de este aminoácido en la transmisión de señales neuronales. De hecho, el glutamato es esencial para la actividad cerebral y la correcta comunicación entre las neuronas.
Efectos del glutamato y enfermedades neurodegenerativas
No obstante, la alteración en los niveles de glutamato puede tener consecuencias significativas. Un estudio publicado en Neuropsychopharmacology en 2013 reveló que la inflamación cerebral y el aumento de glutamato se asociaban con mayores índices de ideación suicida. Además, una revisión en Frontiers señala que el glutamato está implicado en diversas enfermedades neurodegenerativas, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el Huntington y el Alzheimer. La sobreexcitación neuronal por niveles excesivos de este neurotransmisor puede llevar a la muerte de las células nerviosas, un proceso conocido como citotoxicidad.
Diferencias entre el glutamato en el sistema nervioso y el MSG
Sin embargo, es fundamental destacar que los problemas relacionados con este componente, como la citotoxicidad y su implicación en enfermedades mentales o neurodegenerativas, no están vinculados al consumo del MSG en los alimentos, sino a disfunciones en los mecanismos reguladores del sistema nervioso. La Clínica Cleveland, por ejemplo, describe cómo estos desequilibrios en la síntesis y uso de glutamato podrían contribuir a trastornos como el autismo, la ansiedad, la depresión y otros desórdenes psiquiátricos.
Seguridad del consumo de MSG
La controversia sobre el glutamato monosódico, alimentada por su inclusión en productos de uso cotidiano, ha llevado a investigaciones y análisis sobre su seguridad. Aunque la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) y la Clínica Mayo señalan que el "complejo sintomático MSG" afecta a una minoría sensible, no existen pruebas concluyentes de que su consumo cause daños generalizados. El foco de estudio continúa centrándose en los efectos del glutamato endógeno y las patologías asociadas a su desregulación, lo que refuerza la importancia de comprender que el aditivo y el neurotransmisor, aunque relacionados, tienen implicaciones muy distintas en el organismo.