Los huracanes y los tifones se clasifican igualmente como tormentas tropicales. La principal distinción entre ambos se basa en su localización geográfica. Los huracanes surgen en el Océano Atlántico y el noreste del Pacífico, en cambio, los tifones evolucionan en el noroeste del Pacífico. En esencia, son sucesos similares, con vientos que pueden sobrepasar los 119 km/h, pero se les denomina diferente dependiendo de la región en la que suceden.
Conforme el cambio climático progresa, eventos extremos del clima como huracanes, tifones y tornados se están volviendo más severos y habituales. El calentamiento global incrementa las temperaturas de los océanos, lo que aporta más energía a las tormentas tropicales que se intensifican cada vez más. El huracán Milton este año representa un caso preocupante de esta tendencia. Conforme se dirige hacia la costa, Milton ha llegado a una categoría nunca antes vista, fomentando miedos acerca de las repercusiones devastadoras que estos sucesos pueden provocar en un clima en permanente cambio.
Huracanes y tifones: dos nombres para una misma tormenta tropical
Los huracanes y los tifones se clasifican igualmente como tormentas tropicales. La principal distinción entre ambos se basa en su localización geográfica. Los huracanes surgen en el Océano Atlántico y el noreste del Pacífico, en cambio, los tifones evolucionan en el noroeste del Pacífico. En esencia, son sucesos similares.
Las dos clases de tormentas tropicales surgen en aguas cálidas del mar, en las que las temperaturas que superan los 26,5°C causan la evaporación y la acumulación de energía en forma de vientos rotatorios. Conforme la tormenta se expande y se estructura, la rotación se intensifica debido a la fuerza de Coriolis, que cambia dependiendo de la latitud. Este procedimiento genera una columna de aire rotatoria con un ojo central, donde las circunstancias son excepcionalmente tranquilas.
El tornado: diferente en tamaño y velocidad
En contraposición, los tornados son considerablemente más reducidos en tamaño, pero mucho más violentos en cuanto a la velocidad del viento. Aunque los huracanes y tifones se extienden por cientos de kilómetros, los tornados generalmente tienen un diámetro de solo unos cientos de metros. Los tornados surgen de tormentas intensas denominadas superceldas, y su surgimiento es breve, pero devastador. En un tornado, los vientos pueden llegar a velocidades de hasta 500 kilómetros por hora, mucho más que en un huracán o tifón.
Distintas zonas de impacto
Una distinción fundamental entre huracanes, tifones y tornados radica en la localización geográfica donde suelen suceder. Como señalamos previamente, los huracanes y tifones se basan en las temperaturas elevadas del mar y suelen impactar áreas costeras. Por otro lado, los tornados son más comunes en regiones continentales, como la región central de Estados Unidos, en una zona denominada "Tornado Alley", donde las condiciones climáticas son perfectas para su aparición.
Duración y pronóstico
Los tifones y huracanes pueden persistir durante varios días, e incluso semanas, mientras se mueven por el océano y se dirigen hacia tierra firme. Los progresos tecnológicos permiten anticipar su trayectoria con cierto grado de anticipación. Por otro lado, los tornados resultan mucho más complicados de anticipar. Frecuentemente surgen y desaparecen en solo unos minutos, lo que complica las alertas y disminuye los tiempos de respuesta.
A pesar de que todos estos fenómenos son sumamente destructivos, su influencia fluctúa. Los tifones y huracanes causan inundaciones, marejadas ciclónicas y devastación a gran magnitud, en cambio, los tornados concentran su fuerza en zonas limitadas pero provocan una devastación profunda en su trayecto. Comprender estas variaciones contribuye a equipar a las comunidades para afrontar cada uno de estos sucesos, ya que los planes de contingencia difieren dependiendo del tipo de tormenta.