Oxtankah, aunque menos famosa que ciudades mayas icónicas como Chichén Itzá o Tikal, fue un asentamiento fundamental en el sureste de la península de Yucatán, cerca de la actual Chetumal. Durante su apogeo entre los años 250 y 600 d.C., se consolidó como un próspero centro comercial y cultural, gracias a su ubicación estratégica. Sin embargo, su importancia ha mermado con el tiempo, convirtiéndose hoy en una zona arqueológica poco visitada. A pesar de su actual discreción, investigaciones recientes han puesto de relieve la relevancia histórica y arqueológica de esta ciudad, que estuvo profundamente conectada con el Caribe y otras regiones mesoamericanas.
Ubicación y recursos: la clave del éxito de Oxtankah
Uno de los factores que propició el desarrollo de Oxtankah durante el Clásico Temprano fue su privilegiada ubicación geográfica. La ciudad se asentaba sobre cenotes, proporcionando un suministro constante de agua dulce, esencial para la vida urbana en una región que a menudo puede ser árida. Además, su proximidad al mar la convirtió en un puerto clave para el comercio marítimo, lo que facilitó el intercambio de bienes con otras áreas del Caribe y otorgó a Oxtankah una ventaja competitiva sobre otras ciudades que dependían de rutas terrestres más largas y costosas.
Intercambios poblacionales y culturales: un centro multicultural
Investigaciones recientes, como las del investigador Allan Ortega del INAH de Quintana Roo, han revelado que Oxtankah actuó como un epicentro de intercambios poblacionales durante el periodo Clásico. Al analizar más de 300 piezas óseas de diversas zonas arqueológicas de Quintana Roo, Ortega ha identificado patrones migratorios que evidencian un intenso intercambio poblacional entre Oxtankah y regiones como Guatemala y el Golfo de México. Estos hallazgos sugieren que Oxtankah no solo fue un nodo comercial, sino también un punto clave para la movilidad demográfica en la región oriental de Mesoamérica.
El análisis de isótopos de estroncio y oxígeno ha permitido desentrañar las rutas migratorias que conectaban a Oxtankah con otras civilizaciones mesoamericanas. Estos intercambios no eran meramente comerciales; incluían influencias culturales y políticas, consolidando a Oxtankah como un centro multicultural que no solo comerciaba bienes, sino también ideas, tradiciones y posiblemente tecnología.
Declive y legado: la transformación de Oxtankah
Con el tiempo, la ciudad comenzó a declinar durante el Clásico Tardío y el Posclásico. Aunque se había convertido en un importante centro cultural y comercial, eventualmente fue relegada a un sitio donde se realizaban ofrendas religiosas. A pesar de su pérdida de relevancia, los colonizadores españoles que llegaron a la región encontraron el sitio y construyeron una capilla sobre los antiguos cimientos mayas, lo que atestigua que el lugar seguía teniendo un significado espiritual y religioso, aunque ya no funcionara como un centro urbano.
Actualmente, esta zona alberga vestigios de su esplendor, que incluyen edificios ceremoniales, viviendas y los restos de la capilla española del siglo XVI. Aunque su perfil es relativamente bajo en comparación con otros sitios arqueológicos más reconocidos, Oxtankah sigue siendo un tesoro para los arqueólogos que buscan comprender las dinámicas sociales, políticas y comerciales de los antiguos mayas. Las investigaciones recientes han renovado el interés por este sitio, sugiriendo que su historia está aún lejos de ser completamente revelada.
