La prestigiosa revista Nature publicaba recientemente un estudio recogido por un equipo multidisciplinar de investigadores de cinco universidades distintas españolas que ha arrojado luz sobre una período de actividad humana en la época del Paleolítico. Gracias a restos de fuegos hallados en el yacimiento de El Salt, en Alcoy (Alicante), este equipo ha podido retroceder 52.000 años de nuestra historia.
Investigadores españoles determinan actividad relacionada con el fuego duranta la época del Paleolítico
Más de una década de intensa investigación ha tenido que tardar un equipo de científicos formado por investigadores de las universidades de Burgos, La Laguna, Valencia, Alicante, y la Complutense de Madrid en determinar su estudio sobre arqueología paleolítica, a través de un exhaustivo trabajo que ha consistido en un proceso de excavación, registro, análisis y digitalización de distintos materiales.
Utilizando restos de fuegos y segmentos sedimentarios hallados en seis hogares prehistóricos dentro del yacimiento de El Salt, en la localidad de Alcoy, estos científicos han podido determinar con una probabilidad del 99% de precisión en qué escala temporal se produjo una actividad humana relacionada, precisamente, con el fuego.
Así, recomponiendo distintas piezas de 52.000 años de antigüedad, el equipo ha descubierto desde qué momento se encendió un fuego y hasta cuándo se apagó el último de ellos, entre 200 y 240 años de diferencia entre uno y otro.
Angela Herrejón, investigadora de la Universidad de Burgos, explica en una entrevista que comenzó a estudiar los materiales de estos fuegos del yacimiento en 2014. "Como primer paso evaluamos los cambios de sedimento y la posición de los materiales para determinar qué fuego iba antes y cual después".
La investigadora aclara que todo fuego deja a su paso "diferentes tipos de restos: ceniza por encima, restos de madera y combustible quemado, y hasta el propio suelo cambia de color a negro o rojizo en función de cuanta materia orgánica se haya quemado". Estos rastros se pueden estudiar mucho tiempo después para obtener información de interés. Si bien, algunas de estas "piezas" pueden no decir gran cosa a nivel individual, "en conjunto forman un puzle con todo el sentido".
Para estudiar dichos rastros, la innovadora técnica del arqueomagnetismo ha sido clave en este estudio. Esta se trata de una disciplina de la geofísica que permite estudiar la dirección e intensidad del campo magnético terrestre en materiales arqueológicos quemados. "Al calentarse el suelo donde se hace el fuego, el material se magnetiza", explica Herrejón; "y una vez enfriada la superficie el registro de la dirección del campo magnético se mantiene durante miles de años".
Ocurre, por suerte, que en el yacimiento de El Salt los materiales de dichos fuegos estudiados todavía preservan su posición original, lo que es fundamental para que el registro de la dirección sea fiable. Esto ha permitido obtener datos muy llamativos, como ese mencionado intervalo de aproximadamente 200 años entre el primer fuego y el último, lo que evidencia que naturalmente los humanos que hicieron el primero no pudieron conocer a los que encendieron el último.
"Al haber transcurrido al menos dos siglos entre ellos, pertenecerían a generaciones y sociedades muy distintas, pensemos lo diferentes que somos ahora de quienes vivieron en 1824", comenta la investigadora. Sin duda, todo un avance increíble que, según los investigadores, será solo el primero de muchos, ya que pretenden seguir trabajando para responder otras cuestiones relacionadas, como si los hogares de estos fuegos estuvieron habitados entre unos y otros fuegos o fueron poblados solo en periodos temporales de caza y recolección.