Alien: Romulus ha devuelto al xenomorfo al lugar al que le pertenece, trayéndonos a la pantalla grande el terror y la ciencia ficción que una vez despertó Ridley Scott en el Séptimo Arte. Mientras la saga mira también a la televisión con Alien: Earth, Sigourney Weaver, que hace unos días hablaba en Venecia sobre su futuro como Ellen Ripley ha decidido romper una lanza a favor de Alien 3, la tercera entrega. Una polémica tercera parte que fue una verdadera odisea de conflictos y tensiones creativas, marcada por una batalla entre el joven director David Fincher y 20th Century Fox. Ahora, años después de su estreno, la actriz defiende al cineasta y su versión de la historia.
Sigourney Weaver lamenta la falta de apoyo de 20th Century Fox a David Fincher en 'Alien 3' y lo tilda de "idiotez"
No fue fácil. Fincher, quien debutaba como director de largometrajes tras una larga carrera en el plano de los videoclips y los cortos, se enfrentó a un tiránico estudio decidido a imponer su visión comercial sobre la artística, lo que convirtió la producción en un campo de batalla en el que cada día era una nueva lucha. En el pasado, David Fincher, que prepara un ambicioso western con Netflix, no ha ocultado su descontento con Alien 3, expresando abiertamente que "a mucha gente no le gustó, pero a nadie le disgustó más que a mí". Esta frase resume su amarga experiencia al frente de un proyecto que, lejos de ser un desafío creativo satisfactorio, se convirtió en un tormento constante debido a la interferencia del estudio.
Sigourney Weaver, la legendaria Ellen Ripley de la saga, ha confesado nuevos detalles sobre este convulso periodo en una entrevista con Deadline en el Festival de Venecia, donde ha confirmado además que dará el salto a Star Wars. Weaver no escatimó palabras para describir la actitud del estudio como "idiota", criticando abiertamente la falta de apoyo a Fincher durante la producción. "Podía notar que David tenía que llamar por teléfono y luchar cada día para que pudiéramos rodar lo que él quería al día siguiente. Y lamento que no tuviera la oportunidad de hacer suyo el guion antes de que empezáramos. Eso hace que la realización de una película sea muy difícil", explicó la actriz, que recuerda aquellos aciagos días.
Weaver también reflexionó sobre la transición en Hollywood durante aquellos años, cuando los estudios comenzaron a priorizar las ganancias sobre la calidad cinematográfica. "Sentí profundamente la falta de apoyo del estudio. Ese fue un momento de transición cuando los estudios dejaron de centrarse en 'hagamos grandes películas' y empezaron a hacerlo todo sobre 'no perdamos dinero'.
Tuvieron la gran idea de poner a David Fincher al mando para su primera película, pero luego no apoyar al chico fue muy idiota", añadió. A pesar de las dificultades, Weaver considera que Alien 3 no es una mala película, aunque reconoce que podría haber sido mucho más especial si Fincher hubiera contado con el respaldo necesario. "Escuché que David ha renegado del proyecto y lo lamento porque me encantó trabajar con él, y creo que hicimos una buena película. Me alegra que haya tenido la oportunidad de hacer su versión. Fue un gran conjunto", concluyó.
Creando Alien 3: un rodaje infernal que enfrentó a la Fox con David Fincher
El proceso de creación de Alien 3 fue, desde el principio y de la misma concepción del proyecto, francamente turbulento. El guion original de Vincent Ward, que proponía ideas innovadoras y distintas a las vistas en el género del terror o la ciencia ficción, fue sometido a múltiples revisiones y recortes por parte de la Fox, lo que debilitó la estructura narrativa y la coherencia del proyecto, así como su propia identidad. Ward imaginaba un escenario en un monasterio espacial habitado por monjes, una premisa que se alejaba de lo convencional y que fascinó a muchos en la fase inicial, ya que se le otorgaba a la criatura una esencia diabólica. Sin embargo, a medida que las preocupaciones comerciales de la Fox se impusieron -necesitaban ganar mucho dinero-, gran parte de esa visión original fue desechada.
A eso hay que sumarle una lucha por el control creativo del largometraje final que se intensificó durante el rodaje. Fincher, conocido por su perfeccionismo y su deseo de demostrar que había sido elegido por algo para el proyecto, se vio obligado a negociar y luchar cada decisión, cada toma, con un estudio que desconfiaba de su visión y su forma de hacer las cosas, pero que paradójicamente, lo escogió por su arrojo y valentía tras la cámara. Esta situación creó un ambiente enrarecido en el set, donde el equipo y los actores eran testigos de la constante presión a la que se sometía al joven director. Con el paso de los años, la cinta fue reivindicada, y aunque no funcionó mal en taquilla -158 millones de dólares de principios de los noventa con un presupuesto de apenas 50-, muchos consideran que no estuvo a la altura. Eso sí, tiene una edición extendida que añade secuencias y remonta otras tantas que está disponible en algunas versiones en DVD y Blu-ray. Se llama montaje del director, pero Fincher reniega de ella.
Con la reciente película de Alien: Romulus dirigida por Fede Álvarez, parece que la franquicia está encontrando nuevas direcciones y personajes capaces de cargar con el legado dejado por Ripley. Veremos si 20th Century Studios y Disney, que están apoyando la saga con nuevas historias, mantienen el pulso y consiguen dar rienda suelta a los proyectos que yacen guardados en el cajón después de tantos años.