La cueva de La Garma, ubicada en Ribamontán al Monte, Cantabria, es un tesoro arqueológico de renombre mundial, con una secuencia estratigráfica que abarca desde hace 400.000 años hasta la Edad Media. Excluyendo el periodo romano, este sitio ofrece una secuencia continua de ocupaciones humanas. Lo que hace a La Garma especialmente extraordinaria son sus suelos paleolíticos y los restos de hábitats y objetos cotidianos descubiertos casi intactos. Este yacimiento, que también incluye arte rupestre, ha sido reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial.
Avances Recientes en la investigación de La Garma
Los investigadores Pablo Arias y Roberto Ontañón han logrado documentar una cabaña paleolítica datada hace 16.800 años. La residencia analizada en la investigación, un área ovalada de aproximadamente cinco metros cuadrados, está definida por una formación de piedras y estalagmitas que sostienen una estructura compuesta de palos y pieles, apoyada contra una cornisa cercana en la pared.
Esta construcción, ubicada en la galería inferior de la cueva, ofrece una ventana única al modo de vida de los cazadores-recolectores del Paleolítico. El estudio detallado de esta estructura ha revelado una pequeña hoguera en su centro y más de 4.600 objetos, incluyendo huesos procesados de ciervos, caballos y bisontes, piezas de sílex, y agujas, que testifican las actividades cotidianas y simbólicas de sus habitantes.
Esta es una de las viviendas mejor conservadas del Paleolítico en Europa, y aquí, un grupo de cazadores-recolectores paleolíticos se protegió del frío de la última glaciación, fabricó sus herramientas y realizó actividades simbólicas. "Hay miles de restos en el suelo, son los residuos de la actividad de un campamento de cazadores-recolectores del Magdaleniense [una de las últimas culturas del Paleolítico superior]", ha detallado Ontañón en una rueda de prensa celebrada este jueves en el Museo Arqueológico Nacional.
El equipo de investigación, compuesto por expertos interdisciplinarios, ha adoptado una metodología innovadora y no invasiva para estudiar los restos de la cabaña. Este enfoque incluye técnicas como la cartografía 3D y análisis de suelos, permitiendo documentar los hallazgos sin perturbar su estado original.
Los investigadores han destacado que el descubrimiento de esta cabaña en una cueva es sorprendente, ya que estructuras similares del Paleolítico se conocían previamente solo en espacios al aire libre en otras partes de Europa. Este hallazgo sugiere un uso práctico y ventajas adaptativas significativas, como protección contra el frío y la creación de un espacio distinto y simbólico dentro del grupo.
Una cueva con secretos aún por descubrir
Desde 1996, el proyecto de investigación en La Garma ha sido dirigido por Arias y Ontañón, con el apoyo continuo del Gobierno de Cantabria. La investigación ha recibido reconocimientos importantes, como el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología de la Fundación Palarq en 2021, destacando el valor único del yacimiento para documentar los modos de vida, rituales y simbolismo de los grupos del Paleolítico.
El equipo de investigación continúa trabajando en el sitio, con el objetivo de preservar este excepcional testimonio histórico y ampliar nuestro conocimiento sobre las sociedades del pasado. Está previsto que una reproducción de esta cabaña se instale en el Centro de Arte Rupestre en Puente Viesgo, permitiendo a un público más amplio apreciar esta importante pieza de la historia humana. Además, se ha anunciado una conferencia en el Museo Arqueológico Nacional para presentar los resultados de este proyecto, subrayando el compromiso de los investigadores con la difusión y el estudio continuo de este importante yacimiento arqueológico.
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