Puede que no lo sepas, pero Asturias es la comunidad autónoma que cuenta desde hace unos 2.000 años con la mina de oro más grande de Europa sin explotar, y alrededor de la misma se lleva librando una guerra empresarial por su contenido desde hace varias décadas. No es de extrañar, pues se dice que podría albergar hasta 30 toneladas de oro, lo que equivaldría a alrededor del 10% de todas las reservas de oro del Banco de España.
El yacimiento de oro de Salave podría ser explotado próximamente por la compañía Black Dragon
Recientemente, la compañía minera canadiense Black Dragon, la actual empresa titular del 100% de los derechos de explotación del yacimiento de oro de Salave, en Tapia de Casariego (Asturias), ha anunciado a través de su filial Explotaciones Mineras del Cantábrico (EMC) una importante ampliación de capital por un importe de 1,2 millones de dólares australianos (algo más de 720.000 euros) para su proyecto en la zona que pretende explotar de una vez por todas la mina.
El entorno de las minas de Salave, conocidas como las "Médulas" asturianas, lleva siendo ya desde la época castrense y la conquista romana del siglo I un yacimiento de gran relevancia dentro de la península ibérica. Los romanos, por medio de un sistema de explotación propio, demolieron grandes porciones de roca y utilizaron la presión del agua penetrando por galerías excavadas para extraer más de 6 toneladas de oro por año, hasta la quiebra de su sistema monetario.
Desde entonces, la mina fue abandonada, se formaron los Lagos de Silva (uno de los escasos humedales de Asturias) y pasaron casi dos milenios hasta que en 1825, año en que se promulgó la primera Ley de Minería, la zona fue objeto de decenas de denuncias y de concesiones mineras para diversos metales. Desde los años 60 del siglo pasado, la actividad de numerosas empresas de todo el mundo, deseosas de acercarse a la mina para investigar sus yacimientos por su altísimo potencial económico, han provocado más de 60 kilómetros de sondeos con técnicas geoquímicas, geofísicas y de prospección directa.
Sin embargo, esta lucha por el oro ha dividido a las gentes de Salave, ya que las minas están localizadas en plena costa, y son un entorno de gran valor ambiental, por lo que su explotación supondría enormes movimientos de tierras y el uso de procesos químicos para tratar el mineral extraído, lo que conllevaría un peligroso riesgo de contaminación. De ahí que haya cuantiosos grupos de opositores al proyecto de explotación de la mina, formados por ecologistas, vecinos y trabajadores del sector pesquero.
Como decíamos antes, la compañía Black Dragon ha hecho pública la ampliación de capital del proyecto, de la que han formado parte inversores de todo el mundo, con capital español de por medio, para seguir apostando por impulsar la tramitación de permisos que les permitan explotar la mina: "Destacamos el fuerte apoyo recibido por parte de nuestros accionistas, así como la participación de todos los directores y altos ejecutivos", han comentado desde la firma.
La empresa ha querido hacer hincapié en que el proyecto "creará resultados económicos y sociales para la región de Asturias", mientras que la filial EMC ha querido recordar: "Seguimos trabajando por un proyecto de minería viable y sostenible que impulsará el desarrollo socioeconómico".
Por su parte, detractores del impacto medioambiental que desataría el proyecto, la gran mayoría agrupados bajo el colectivo 'Plataforma Oro no', se siguen posicionando en contra: "La mina contamina y no hay palabrería suficiente que pueda ocultar la información que está a la vista de todos. Nadie medianamente sensato pondría en riesgo el verdadero tesoro de Tapia".
