Suena imposible, pero no es así. Un golpe en la cabeza podría cambiar tu vida para siempre convirtiéndote en alguien con capacidades excepcionales muy por encima de la media. Si no lo crees posible, entonces solo debes conocer la historia de Jason Padgett, un hombre estadounidense que de la noche a la mañana se volvió un genio de las matemáticas y fue diagnosticado con el conocido síndrome del sabio.
La historia de Jason Padgett, el hombre convertido en genio de la noche a la mañana
La historia de Jason Padgett parece digna de una película, y sin ir más lejos, Sony Pictures Studios ha adquirido los derechos para llevar su vida a la gran pantalla. Este americano, nacido en 1970 en Anchorage, Alaska, era una persona normal y corriente que trabajaba como vendedor en la empresa de muebles de su padre y le gustaba salir de fiesta. Un día, en septiembre de 2002, fue asaltado por dos hombres. Padgett se encontraba en un bar de karaoke de Washington con sus amigos pasándoselo bien. Cuando finalmente salió del bar, recibió un fuerte golpe en la nuca que lo hizo caer al suelo inconsciente. Tras volver en sí, dos hombres estaban pateándolo y robándole.
Después del suceso, Padgett fue diagnosticado en el Hospital General de Tacoma con un riñón magullado y una conmoción cerebral. Se le recetaron varios medicamentos y nada más. Sin embargo, él empezó a sentirse mal enseguida, y su mundo se volvió del revés. Según más tarde escribiría en su propio libro 'Struck by Genius: How a Brain Injury Made Me a Mathematical Marvel', comenzó a ver todo a través de una especie de lente de fractales que transformaba cualquier cosa en matemáticas; las luces eran espirales y líneas y había geometrías y conceptos de física por todas partes, cosas que él jamás había estudiado y hasta entonces no hubiese comprendido.
Padgett dibujó todo lo que veía y pronto se dio cuenta de que, sin saber cómo, era un prodigio de las matemáticas. Además, no tardaron en detectarle trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno de estrés postraumático y sinestesia. Tenía conductas de TOC como evitar gérmenes, lavarse las manos hasta veinte veces en solo media hora, dormir durante días seguidos o tapar las ventanas con mantas para evitar la luz del sol, entre otras muchas cosas.
Su nueva actitud lo llevó a conocer al psiquiatra de Wisconsin, el Dr. Darold Treffert, experto en el llamado síndrome del sabio, quien acabó reconociendo mundialmente a Padgett como una persona con el síndrome del sabio adquirido. Tan solo una de las poco más de 40 personas reconocidas con esta rara condición en todo el planeta.
¿Qué es exactamente el síndrome del sabio?
El síndrome del sabio, también llamado a veces como síndrome savant, es una afección muy rara por la cual una persona tiene discapacidades mentales significativas, pero al mismo tiempo muestra habilidades avanzadas en determinados campos. Sobre todo, la gente que tiene esta condición suele ser experta en materias como las matemáticas, la memoria, la composición musical o la cartografía, pero también suelen presentar carencias en actividades cotidianas o simples del día a día, dependiendo algunos de ayuda externa de por vida.
El síndrome del sabio suele manifestarse en las personas durante la infancia a consecuencia de una anomalía en las conexiones neuronales causadas por el desarrollo embrionario, mostrando claros signos de algún trastorno del desarrollo neurológico (como los trastornos del espectro autista). Sin embargo, también puede desarrollarse por alguna lesión cerebral como contusiones, como en el caso explicado de Jason Padgett.
Antiguamente, el síndrome era conocido también con el término de sabio idiota, utilizado por primera vez en 1887 por el médico británico John Langdon Down -aunque el primer informe médico sobre la afección data de 1783-. Con el tiempo, este título se consideró erróneo (además de ofensivo), algo que también ocurrió al llamarlo el síndrome del sabio autista, puesto que solo la mitad de los diagnosticados suele presentar rasgos autistas. Con todo, en la actualidad estos rasgos particulares del "sabio" no están reconocidos como una enfermedad mental en el DSM-5.
A día de hoy se estima que solo una persona entre cada millón tiene esta condición, que por otro lado afecta más a los hombres, y se dice que hay menos de 50 personas en el planeta que la tengan. Sea como fuere, la próxima vez que recibas un golpe en la cabeza no pienses que puedes convertirte en un genio, es poco probable.
