La comunidad científica ha recibido con estupor una conclusión a la que ha llegado uno de los últimos estudios sobre sistemas estelares. Resulta que sistemas que se creían dobles, son el realidad triples, solo que la invitada resulta ser una vampira que se alimenta de otra estrella en un triángulo galáctico recién descubierto.
Algunos sistemas estelares que se creía albergaban dos cuerpos estelares podrían tener en realidad un tercero oculto, según este descubrimiento de científicos de la Universidad de Leeds. Este "tercer traidor" empuja a una de las estrellas hacia la otra, para que la más grande se alimente como un vampiro.
Este hallazgo, derivado del análisis de datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea, que señala las posiciones de mil millones de estrellas a lo largo de la Vía Láctea, podría transformar nuestro entendimiento sobre la evolución de las estrellas más masivas del cosmos.
Las llamadas estrellas vampiro, oficialmente conocidas como estrellas "Be", están característicamente rodeadas por anillos de gas supercalentado. Son una subcategoría de las estrellas B, extremadamente brillantes y entre 2 y 16 veces más masivas que el sol. Sin embargo, pese a haber sido descubiertas hace aproximadamente un siglo y medio, en 1866, el origen de los discos alrededor de estas estrellas masivas había permanecido como un enigma hasta ahora.
Los investigadores sugieren que los discos de Be se crean a medida que estas estrellas giran rápidamente, desprendiendo material estelar de sus estrellas compañeras. Este material arrastrado de la estrella víctima también se cree que lleva consigo momento angular, una cantidad escalar que describe el momento de rotación de un objeto que gira, que aumenta aún más la rotación de la estrella vampiro, lo que va acelerando su alimentación.
El líder del equipo, René Oudmaijer, profesor en la Universidad de Leeds, cree que la falta de detección de estrellas compañeras podría deberse a que algunas estrellas se vuelven demasiado tenues para ser vistas después de ser devoradas por estrellas Be. Por lo que las estrellas no detectadas serían las víctimas a medio comer.
Además, encontraron que las distancias entre las estrellas compañeras en los sistemas de estrellas B y Be parecen ser similares. Esto también es extraño, ya que se supone que las estrellas Be están envueltas en un manto estelar de material despojado, mientras que las estrellas B no.
Estos dos componentes juntos implican la existencia de una tercera estrella oculta en este tipo de sistemas múltiples empujando a las estrellas víctimas hacia las estrellas Be, actuando casi como Renfields cósmicos (el siervo de Drácula en la novela de Bram Stoker) y suministrando a sus maestros, estrellas vampiro, víctimas para alimentarse.
Una vez que las estrellas compañeras víctimas se acercan lo suficiente a las estrellas Be, la masa de las primeras puede ser transferida. Sin embargo, en lugar de caer directamente a la estrella vampiro, el equipo dice que este material primero forma un disco giratorio alrededor de la estrella víctima antes de alejarse de esta. Llegando finalmente a ser demasiado pequeñas y tenues para ser vistas después de ser succionadas.
Los hallazgos del equipo podrían tener implicaciones fuera de la física estelar, posiblemente enseñando a los científicos más sobre cómo mueren las estrellas para convertirse en agujeros negros o estrellas de neutrones. También podrían arrojar luz sobre cómo los remanentes de estos fenómenos estelares generan ondulaciones en el tejido mismo del espacio-tiempo, llamadas ondas gravitacionales.
