Adquirir una vivienda en España se va tornando cada vez más complicado. Empezaron Madrid y Barcelona con sus precios prohibitivos pero cada vez son más las capitales que imitan este sistema que está expulsando a la población más joven de los núcleos urbanos. La inflación, los tipos de interés de las hipotecas y el propio precio de los inmuebles han convertido la independencia en una utopía.
Insistiendo, por si no había quedado claro, en que es más fácil conseguir todas las bolas de dragón que comprarse una casa, las viviendas prefabricadas vienen al rescate para que tus padres no tengan que aguantarte más metido en su casa. Lo cierto es que las opciones de vivienda están siendo redefinidas por la aparición de modelos de casas prefabricadas de hormigón y acero, alejándose del tradicional uso de la madera (sobre todo en EEUU) y el ladrillo, típico de España.
Estos nuevos modelos, que desafían las percepciones convencionales de las construcciones modulares, destacan por sus diseños minimalistas y la conexión con el entorno exterior. Su estructura resistente, junto con un precio inicial de 29.900 euros, las convierte en una opción atractiva en el mercado inmobiliario, especialmente para aquellos que buscan alternativas económicas y eficientes energéticamente, que es otro de sus puntos fuerte.
Aunque tienen truco. Menos de 30.000 euros vale la casa, aunque el precio no incluye el coste de transporte y montaje, según señala la web donde se vende. También necesitas de un terreno en propiedad donde 'colocar la casa', claro. Por lo que son una opción ideal en el caso de contar con la típica herencia de la casa o el terreno en el pueblo. También, las parcelas en ciudades rurales son mucho más baratas que los pisos en propiedad de las capitales.
Alternativa económica con diseño personalizable
A pesar de su bajo costo, que no incluye gastos de transporte y montaje, estas casas ofrecen la posibilidad de personalización, con opciones de revestimientos interiores y exteriores que incluyen piedra artificial o natural. Con un espacio aprovechado de aproximadamente 50 metros cuadrados (más que la mayoría de casas que rondan los 100.000 euros en Madrid), estas viviendas están diseñadas para maximizar la sensación de amplitud, ofreciendo un estilo de vida sencillo y moderno. La posibilidad de añadir elementos a medida, como una terraza o un porche, permite a los propietarios adaptar su hogar a sus preferencias personales, aunque esto pueda influir en el precio final, claro. Cuantas más cosas añadas, más se engorda el precio, como cuando te compras un helado o un perrito caliente.
Eficiencia energética
El confort no está reñido con la eficiencia, como demuestra la inclusión de grandes ventanales de aluminio y cristales Climalit, contribuyendo a un aislamiento térmico superior. Este detalle, junto con el certificado energético de la casa, controla el consumo energético general, no que supone un ahorro considerable en comparación a las casas de segunda mano sin reformar, donde las ventanas no cierran y el poco calor que pueda hacer dentro, se escapa sin remedio.
Espacio optimizado
El diseño interior de estas casas prefabricadas es otro de sus fuertes. Con dos dormitorios, cocina, salón y cuarto de baño, estas casas de 50 metros cuadrados están pensadas para la vida de una familia moderna de cuatro miembros. La personalización llega hasta los azulejos de la cocina y otros detalles del acabado, permitiendo a los compradores moldear su futuro hogar a su gusto y necesidades.
Una opción versátil en el mercado
La versatilidad de estas construcciones las hace adecuadas para diversos usos, desde una segunda residencia hasta espacios para relax, talleres o despachos. Esto las convierte en una opción valiosa para diferentes tipos de compradores, desde aquellos que buscan una vivienda económica hasta quienes desean un espacio adicional para sus hobbies o trabajo.
