Red Dead Redemption 2 es uno de los videojuegos más esperados y deseados de los últimos tiempos. La obra de Rockstar Games, padres de Grand Theft Auto V, nos llevará al Salvaje Oeste en una época en la que los forajidos comienzan a sufrir el acoso de las fuerzas de la ley. Como western crepuscular, la secuela de Red Dead Redemption -que en realidad es un prólogo extenso a los eventos de aquel título lanzado en 2010- es toda una Capilla Sixtina de las películas de indios y vaqueros.
Para ir haciendo los deberes de cara al lanzamiento, y comenzar a captar ese sentimiento presente en todo lo que rodea al videojuego de marras, hemos decidido seleccionar varias películas de uno de los géneros más extensos y prolíficos en el séptimo arte. Las cintas que hemos incluido en Vandal Random recogen varios de los temas argumentales, estéticos o ambientales presentes en Red Dead Redemption 2, y aunque quizás no sean fieles reflejos de lo contenido en el título -pues es hijo de su propia idiosincracia-, sí creemos que podrían ser claves para aportar el contexto necesario a la hora de aproximarse a un juego que pretende marcar un antes y un después en el mundo del ocio electrónico.
1. Centauros del desierto (1956, John Ford)
Hay grandes películas de género, películas que trascienden o marcan un punto de inflexión en las carreras de sus contribuyentes y películas que tienen todos los ingredientes para ser consideradas obra maestras. Centauros del desierto (1956, John Ford) es todo eso a la vez. Es tal la importancia capital del film de Ford protagonizado John Wayne que muy pocos congéneres cinematográficos pueden compararse a su propuesta y es habitual que una vez se disfrute y comente, cualquier otra película que se vea después palidezca considerablemente. Centauros del desierto nos lleva a la Texas del año 1868, tres años después del final de la guerra de Secesión estadounidense. Con ganas de reencontrarse con los suyos, Ethan Edwards (John Wayne), un hombre agrio y solitario, vuelve derrotado a su hogar. Desgraciadamente descubre cómo sus amigos y familiares son asesinados por un grupo de Comanches, siendo su sobrina raptada por el líder los indios, un jefe tribal conocido como Cicatriz.
El incansable y extenso viaje de Ethan en pos de la venganza y la búsqueda de su querida sobrina en Centauros del desierto refleja la evolución de un hombre racista, torvo y derrotado, incapaz de encontrar la paz bajo ningún concepto pues lleva sobre sus hombros el peso de las múltiples atrocidades que ha cometido en el pasado. Centauros del desierto exploraba en un momento muy delicado en la sociedad estadounidense los fuertes contrastes de la identidad nacional, la violencia injustificada contra los que son distintos y abogaba por la imperiosa necesidad de establecer vínculos y lazos entre comunidades y bandos que hasta hace bien poco se habían encontrado en distintos lados de una trinchera. Reconciliación y purificación en momentos convulsos.
Compleja, hermosa y poética, la obra maestra de John Ford tiene en su haber algunas de las estampas más icónicas de la historia del cine -no obstante está filmada con una exquisita fotografía en VistaVision-Technicolor- y demuestra lo inmutable y lo válido de los relatos bien construidos. Red Dead Redemption ya incluía algunas referencias a los tics de Ford -la construcción del héroe solitario, abatido y de pocas palabras-, así como al mismo plano estético, algo que parece que se repetirá en la secuela a una mayor escala.
2. El bueno, el feo y el malo (1966, Sergio Leone)
La influencia del western en el cine fue tal, que durante años se le consideró el motor de Hollywood. Era el epítome perfecto en relación al séptimo arte, y las productoras, directores, actores y actrices de renombre llenaban sus currículums con brillantes y no tan brillantes películas. La importancia de las películas de cowboys, indios y forajidos traspasó las fronteras de Estados Unidos y se convirtieron en algo global. Lo que había sido un terreno vedado y sagrado para los cineastas norteamericanos, pronto abrió sus puertas y se encaminó hacia terrenos inexplorados y horizontes nunca vistos. El director italiano Sergio Leone, con el permiso de otros grandes ilustres como Sergio Corbucci, podría considerarse el mayor referente del denominado spaghetti western, una variante europea nacida a través de coproducciones nacidas del vientre del viejo continente, algo que les permitía ahorrar costes y que les brindaba localizaciones entre las fronteras de países como España o Italia.
De este particular subgénero cabría la posibilidad de hacer todo un especial propio, pues entre sus peculiaridades se esconden sendas cintas de interés. Sin embargo, la llamada trilogía del dólar, protagonizada por Clint Eastwood y dirigida por el citado Leone, destaca por méritos propios. El bueno, el feo y el malo (1966, Sergio Leone) es la culminación de dicho tríptico, y nos traslada a los años de la guerra civil norteamericana, en los que tres cazadores de recompensas muy distintos entre si intentan buscar un tesoro enorme. Obligados a cooperar, estos tres personajes -muy carismáticos e interpretados por actores de la talla de Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach- se verán envueltos en un sinfín de aventuras, duelos y tiroteos. El bueno, el feo y el malo conseguía aglutinar todos los clichés posibles del género, empaquetándolos con un envoltorio tan atractivo como estéticamente irreprochable. La fórmula se refinaba hasta tal punto que a día de hoy es casi imposible pensar en una película sobre el Salvaje Oeste sin caer en las estampas de este film o en la soberbia banda sonora de Ennio Morricone.
¿Por qué es importante para Red Dead Redemption? Cuando Rockstar Games encargó la construcción y composición de la banda sonora a Woody Jackson y Bill Elm para el videojuego, encontraron en su investigación que no había un sonido más representativo para el western de 1911 que estaban confeccionando que la banda sonora que compuso Ennio Morricone para la trilogía de Sergio Leone. Además, no son pocos los que afirman que la figura y el devenir del errante y misterioso Hombre sin nombre -el personaje recurrente de estos films del oeste- fue la fuente de inspiración para John Marston.
3. Open Range (2003, Kevin Costner)
Open Range (2003, Kevin Costner) es una de esas sorpresas en la filmografía de un cineasta tan irregular como Kevin Costner. El film narra las desventuras de un grupo de ganaderos que pastorean las reses por las grandes praderas de la geografía norteamericana. Acarreando pasados muy distintos y diferentes, deciden siempre resolver sus conflictos sin usar la violencia y evitando cualquier método agresivo que las perturbe su día a día. Pero por azares del destino, acaban visitando Harmonville, una pequeña ciudad fronteriza en la que un peligroso terrateniente se vale de su posición dominante y de un torvo sheriff corrupto. Acorralados por la injusticia y la sensación de impotencia ante un mundo que es imposible de controlar si no se tiene dinero, tomarán las armas y les plantarán cara en un duelo sin esperanza alguna de victoria.
Open Range bien podría considerarse como obra capital dentro de la carrera de Costner, y como uno de los western más lúcidos de los últimos tiempos. Es a veces más inspiradora que Bailando con lobos (1990, Kevin Costner) y sirve como pequeño homenaje a distintos clásicos como Pasión de los fuertes (1946, John Ford) y Wyatt Earp (1994, Lawrence Kasdan), versiones del famoso duelo histórico que se vivió en Arizona entre forajidos y oficiales de la ley un 26 de octubre de 1881. Pero lo que hace grande a la película es el cuidado trasfondo de los personajes, figuras tridimensionales en un universo complejo, lleno de subterfugios y mecanismos casi imposibles de comprender. Sensiblera cuando toca, Open Range incluye en su propuesta amores difíciles, héroes taciturnos y atormentados y diálogos lacerantes dignos de ser enmarcados en mármol. Siendo fiel a la novela original de Lauran Paine, Costner se vale de su propio talento delante de la cámara y del papel de Robert Duvall para rubricar uno de los mejores tiroteos jamás rodados en la historia del cine.
4. Grupo salvaje (1969, Sam Peckinpah)
Si cogemos el argumento de Red Dead Redemption 2 y lo comparamos con Grupo salvaje (1969, Sam Peckinpah) encontraremos varias similitudes. La obra maestra de Peckinpah cambió la forma y la concepción del western, y a la postre, del propio cine. Comentaba un crítico de la revista Empire que mientras la NASA se preparaba para llegar a la luna en aquel verano de 1969, Sam Peckinpah daba sus propios pasos para la innovación del lenguaje y la forma cinematográfica. Y no le falta razón. En Grupo salvaje y a través del guion de Walon Green y el propio Peckinpah nos enmarcaba en un tardío 1913 y nos narraba la historia de un grupo de veteranos atracadores de bancos, muy eficientes y profesionales, que viven al margen de la ley y atacan los más variados bancos y fortunas en la frontera de Estados Unidos y México. A pesar de ello, se verán acorralados y asediados por un grupo de cazadores de recompensas y el mismísimo ejército mexicano, algo que se cristaliza en uno de los clímax más espectaculares jamás rodados.
Sin rodeos, Grupo salvaje es uno de los mejores westerns de todos los tiempos. Consigue reforzar el género a través de la catarsis de la destrucción y la violencia más explícita, revolucionando los modelos concebidos anteriormente, y presentando un nuevo decálogo sin atisbos de grandeza, heroísmos clásicos o similares. Gris y oscura cuando toca, el film es sin lugar a dudas la mayor fuente de inspiración de Red Dead Redemption y Red Dead Redemption 2, pues temas como la camaradería y la constante huída hacia adelante de sus protagonistas, están más que presentes. Con un William Holden incuestionable como principal reclamo, la película se trata de una de esas paradas obligatorias en cualquier viaje al Salvaje Oeste a través del cine que se precie.
5. La propuesta (2005, John Hillcoat)
John Hillcoat es un director muy particular. Nacido en Australia, es el director de grandiosas películas como la adaptación cinematográfica de La carretera (2009) y Sin ley (2012), y posee un estilo muy particular a la hora de presentar conflictos externos e internos de gran valor audiovisual. Su talento quizás alcanzó su cenit en su versión de la obra maestra literaria de Cormac McCarthy pero en 2005 dejó a propios y extraños completamente ensimismados con un western un tanto inusual. La propuesta (2005, John Hillcoat) nos invita a viajar a la árida Australia de finales del siglo XIX, ofreciéndonos un marco completamente distinto a lo que tenemos asimilado dentro del género. Allí el capitán Stanley ha capturado a dos jóvenes de la banda de los temibles hermanos Burns. Tirando de galones, Stanley le ofrece un trato al hermano mediano de la familia: si decide salvar a su hermano menor de ser colgado en la horca, su hermano mayor será abatido inmediatamente.
El dilema moral de La propuesta es una constante en el desarrollo de la película, pues sirve para que empaticemos y nos posicionemos a favor o en contra de los distintos personajes del film, usándose por momentos como si se tratase de una particular brújula ética que ayuda a que los diversos perfiles que desfilan por el metraje evolucionen y muten con el paso de los minutos. John Hillcoat confecciona una película sesuda, a veces contemplativa, pero que consigue aglutinar todos aquellos elementos clásicos del western bajo una nueva mirada mucho más moderna y actualizada. Este tipo de facetas formales y técnicas, muy importantes en el resurgir del género en los últimos años, llamó tanto la atención de Rockstar que llegó a proponerle a Hillcoat el rodaje de un pequeño corto para celebrar el lanzamiento de Red Dead Redemption en 2010. Así nació Red Dead Redemption: The Man from Blackwater, un pequeño corto realizado con el motor del videojuego que capta la esencia de su tipo de cine.
6. Solo ante el peligro (1954, Fred Zinnemann)
Hablamos de uno de los western más importantes del género, y a la postre, de una de las mejores películas de la historia del cine. Protagonizada por Gary Cooper y Grace Kelly y filmada en un impresionante blanco y negro -con un excelente trabajo del galardonado Floyd Crosby-, Solo ante el peligro (1954, Fred Zinnemann) es un film que recoge todos los componentes y constituyentes que serían imitados hasta la saciedad en un futuro por los más diversos cineastas. La película nos cuenta la historia de Will Kane, un honorable sheriff de un pequeño pueblo. Recién casado y con un buen número de proyectos en la cabeza, decide emprender una nueva vida en la ciudad. Cuando todo parecía ir bien y con un prometedor horizonte ante sus ojos, comienzan a circular rumores de que un peligroso criminal que Kane había apresado en el pasado, viene destino al pueblo para clamar venganza.
El querido y respetado sheriff pronto se encontrará luchando contra el tiempo y sus propios miedos, así como será consciente de que nadie en el asentamiento está dispuesto a ayudarlo. Solo ante el peligro está cargado de elementos únicos en su guion, en el que encontramos críticas muy lacerantes y evidentes a la sociedad norteamericana de por aquel entonces, envuelta en la caza de brujas de McCarthy y en su obsesión por delatar, colaborar y volver a su imperturbable y rutinaria vida diaria. Funciona como película de suspense, como retrato psicológico de los héroes -que se pueden llegar a derrumbar o tener dudas cuando tienen demasiado tiempo para pensar- y como una poderosa alegoría del valor en tiempos difíciles. Es curioso ver como, en 1954, Fred Zinnemann firmó una memorable guía para entender a los grandes héroes con pies de barro.
7. Pozos de ambición (2007, Paul Thomas Anderson)
Quizás no sea un western al uso. Y puede que de todas las cintas que hemos recomendado en este especial, sea una de las más difíciles, complejas o complicadas de ver, como suele ocurrir con el cine de Paul Thomas Anderson. En 2007, el realizador de Magnolia rubricó una joya incuestionable del séptimo arte llamada Pozos de ambición. Basada en la densa novela de Upton Sinclair, el film nos cuenta las vicisitudes de la vida rural a comienzos del siglo XX, en el que la ambición de prosperar buscando yacimientos de petróleo era la cristalización del nuevo sueño americano y el sino de los tiempos. Contándonos el auge y caída del personaje interpretado por Daniel Day-Lewis, la obra de Thomas Anderson combina religión y avaricia a partes iguales, en lo que es un relato del hombre y su obsesión por la desconsiderada doma y el descarnado expolio de la naturaleza para su propio beneficio.
Su relación con Red Dead Redemption 2 es clara. El videojuego de Rockstar hace mucho hincapié en la conquista del medio salvaje, contándonos las historias de los primeros exploradores y empresarios que intentaron hacer negocio de la más diversas maneras en un entorno hostil, distante y que conspiraba contra ellos. Yacimientos de oro, minas de carbón o los primeros pozos de petróleo son ingredientes del paisaje de aquellos tiempos.
8. Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972, Sydney Pollack)
Una de las películas que vienen a la cabeza a cualquier aficionado al cine cuando se deja llevar por la propuesta aventurera de Red Dead Redemption 2 es Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972, Sydney Pollack). El videojuego de Rockstar refleja a la perfección ese espíritu indómito de hombre contra la naturaleza, de caza y supervivencia, ofreciéndonos la posibilidad de explorar un mundo abierto inmenso en el que tenemos que hacer frente a los más variados peligros y retos para salir vivos. En la obra de Sydney Pollack, protagonizada por Robert Redford y escrita por John Milius -basándose en la novela de Vardis Fischer-, asistíamos a la historia de un desertor del ejército estadounidense que, harto de la guerra y la civilización, decide dejarlo todo y establecerse en las Montañas Rocosas. Allí se establece en un territorio dominado por los peligrosos indios Crow, pero con la ayuda de un trampero de la región y de su propia pericia, sobrevivirá a las más adversas condiciones y a los más peligrosos animales.
Pollack nos invita a pasear por montañas, parajes nevados, bosques y desiertos a lo largo del metraje, y no son pocos los que califican a Las aventuras de Jeremiah Johnson como un western ecologista, y razones no le faltan. El film aboga por la soledad, la búsqueda personal y la realización humana más pura en un marco incomparable. Es el abrupto y hermoso paisaje, a veces acogedor y a veces tirano, el que desborda al espectador con su propio relato. Bella y terrorífica cuando toca, la obra maestra de Sydney Pollack goza de una gran intensidad narrativa y de un envidiable espíritu aventurero. Algo ideal para alimentar el corazón de los más inquietos.
9. La conquista del Oeste (1962, varios)
¿Cómo narrar y contar lo complicado, dilatado y extenso que fue el proceso de la conquista del Oeste? En una película. A lo largo y ancho de sus 164 minutos de metraje, La conquista del Oeste (1962, varios directores) supone uno de los logros técnicos más impresionantes del séptimo arte a nivel técnico y narrativo. La pantagruélica cinta, rodada en un apabullante Cinerama -que fusionaba las imágenes de tres cámaras para crear un conjunto panorámico e inmersivo-, nos contaba la expansión hacia el Oeste protagonizada por los colonos, la lucha y la anexión de Texas, Arizona, Nuevo México y California tras la guerra contra México y las dificultades de los civiles que se aventuraron a cruzar el país en pos de un futuro mejor. La conquista del Oeste cuenta con cuatro grandes episodios dirigidos por Henry Hathaway, John Ford, George Marshall y Richard Thorpe, directores con amplia experiencia en el western y que aportan sus propios puntos de vista y conocimientos a este proceso histórico.
¿Por qué es importante para Red Dead Redemption 2? En el título de Xbox One y PlayStation 4 viajaremos por puestos fronterizos, emprenderemos aventuras hacia rutas salvajes y observaremos el avance de una sociedad que comienza a encaminarse hacia el nuevo siglo. Asentamientos que se convierten en ciudades, ríos indomables que estrenan nuevos puentes y praderas que son cruzadas de punta a punta por ferrocarriles y nuevos caminos. La conquista del Oeste es todo eso y más, pues también supone un acertado perfil de los sacrificios que se esconden detrás de esos avances y de las comodidades más mundanas.
10. El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (2007, Andrew Dominik)
Red Dead Redemption 2 nos contará la historia de un grupo de forajidos y hombres de dudoso honor en una constante huida hacia adelante. Elaborar un perfil de este tipo de delincuentes sin caer en clichés es una tarea muy complicada como bien puede atestiguar Andrew Dominik. El director de El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford cuajó en 2007 uno de los western más personales, tangibles y creíbles de cuantos se han filmado, toda una aproximación realista y profunda al más famoso forajido del oeste americano, Jesse James -encarnado por un Brad Pitt en estado de gracia-. El bandolero buscado por media nación debe enfrentarse día a día con mercenarios y cazadores de recompensas que buscan la gloria y el dinero, mientras intenta conciliar su día a día con sus compañeros de fechorías y amigos. ¿En quién confiar cuando todo el mundo sabe que vales más muerto que vivo?
El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford no es una película cualquiera, y de hecho, es muy poco convencional en sus formas. Sin embargo, y casi sin ningún género de dudas, atesora algunas de las mejores actuaciones de las carreras de Casey Affleck y Sam Rockwell, y una de las direcciones de fotografía más lúcidas de la historia reciente del medio -a cargo del siempre soberbio Roger Deakins-. Reforzada con una contundente banda sonora obra de Nick Cave y Warren Ellis -la sinergía creativa entre Cave y Dominik fue tal que el último acabó dirigiendo un estupendo documental sobre la vida del músico de obligado visionado-, el film se eleva por encima de sus congéneres. Una piedra de toque que parece haber calado en el imaginario de los integrantes de Rockstar a la hora de desarrollar su videojuego.