Es más que evidente que la industria actual está atravesando por una falta de ideas tremenda. Tanto el cine como la televisión son actualmente medios prácticamente dedicados a brindar secuelas, remakes o reboots de ideas ya creadas hace años y que sirven como revienta-taquillas para conseguir un número de audiencia notable, a la par que una recaudación de escándalo que genera que se realicen nuevas entregas de los productos que funcionan. Este mismo 2022 hemos tenido un sinfín de regresos: Matrix Resurrections, Cazafantasmas: Más allá, Scream 5, La matanza de Texas, Top Gun: Maverick, Doctor Strange en el Multiverso de la Locura, El Señor de los Anillos: Los anillos de poder, La Casa del Dragón...
Todo son proyectos que nacen como parte de una idea ya trabajada, con el propósito de volver a tener el mismo éxito. Ahora, desde Experimental History, y de la mano de Adam Mastroianni, se ha realizado un pequeño estudio para demostrar que tanto en cine como en televisión existe un oligopolio que está marcando las pautas a seguir en toda la industria, situando a las secuelas y remakes como eje angular de la creación de contenido contemporáneo.
El caso del cine
En el ámbito cinematográfico, se ha empezado al estudio en cuestión a partir de 1977, y las cifras han ido en aumento desde entrado en el siglo XXI. En el año 2000, el 25% de las películas más taquilleras estaban dentro del campo de la multiplicidad (spin-off, secuelas, reboots, franquicias, etc). Desde 2010 eso ha subido, y cada año son aproximadamente el 50% de proyectos publicados. En los últimos años, el asunto ha estado cerca del 100%, por lo que efectivamente ahora únicamente nos nutrimos de este tipo de cine. Aunque todo son épocas y es posible que la cosa cambie con el tiempo.
Y el caso de la TV
En cuanto a las series, la cosa sigue más o menos la misma tónica, como os habréis podido imaginar. Ahora mismo hay muchísimas más series que hace 50 años, eso es así. Gracias a los diversos avances tecnológicos, ahora todo el mundo puede disfrutar de contenido audiovisual de calidad, y con el impacto de la plataforma streaming la cosa se ha disparado.
En este caso el estudio se realizó a partir del año 2000. Desde entonces, y teniendo como ejemplo 30 programas más vistos en particular, se ha demostrado que los espectadores siguen ficciones que nacen a raíz de series ya existentes y de gran tirada (como CSI y CSI: Miami). Del mismo modo, también es palpable que los consumidores quieren poder ver varios episodios de la misma serie en un periodo de tiempo corto, uno o dos capítulos a la semana es suficiente.
Tanto el cine como la televisión están prescindiendo de ideas originales y se está tirando de productos que todos conocemos, pero desde puntos de vista que podrían considerarse nuevos. No deja de ser un estudio interesante que nos hace pensar dónde estaremos de aquí a diez años. La misma Marvel, por ejemplo, ha asegurado que tiene planes para por lo menos 2032.
