Sinceramente, si me preguntaran ahora mismo cuál es el lugar más frío del universo, respondería sin dudarlo un ápice que la respuesta se encuentra en el dedo meñique de mi pie derecho. Pero como no tengo manera científica de probarlo, le cederé el puesto a un grupo de investigadores: han conseguido generar la temperatura más baja del mundo en un laboratorio, alcanzando las 38 billonésimas de grado por encima del cero absoluto. El anterior récord estaba situado en las 36 billonésimas. Este experimento forma parte de un estudio del condensado de Bose-Einstein, también conocido como el quinto estado de la materia.
Buscando el punto más frío de nuestro planeta
El estudio, publicado en Physical Review Letters, busca arrojar luz sobre este punto de la materia en el que la actividad molecular se paraliza. La temperatura se debe a la agitación de las moléculas: cuanto más se muevan, más calor se genera.
Así que el cero absoluto (menos 273,15 grados C) es ese momento donde toda actividad molecular se detiene, como si estuviera "congelada", de hecho.
Con el condensado de Bose-Einstein, lo que obtenemos es una especie de gas frío en el que la materia directamente se comporta como si fuera un enorme átomo. Y se comporta de maneras muy extrañas: por ejemplo, en un experimento realizado en 2017 y publicado en Nature Physics, la luz acababa convirtiéndose en un líquido. Nuestros investigadores querían poner a prueba este experimento empleando para ello una nube de alrededor de 100.000 átomos gaseosos de rubidio, encerrada en un campo magnético dentro de una cámara de vacío.
La susodicha cámara descendió a temperaturas que alcanzaron las 2000 millonésimas de grado por encima del cero absoluto, algo que de por sí ya habría resultado en un nuevo récord. Pero este equipo quería temperaturas aún más bajas: así que se desplazaron hasta la torre de caída Bremen de la Agencia Espacial Europea, un laboratorio de microgravedad que pertenece a la Universidad alemana de Bremen.
Desde allí, a 120 metros de altura, lanzaron la cámara de vacío. Durante el proceso, encendieron y apagaron el campo electromagnético para que la cámara empezara a flotar... y desacelerara, en consecuencia, el movimiento de los átomos. Gracias a este ejercicio, alcanzaron una temperatura de apenas 38 billonésimas de grado por encima del 0 absoluto, durante dos segundos.