Carl Sagan es uno de los divulgadores científicos más famosos a nivel mundial debido a su inigualable carisma y trayectoria por documentales en los que explicaba los confines del cosmos. De su carrera profesional conocemos multitud de detalles, sin embargo, su posicionamiento sobre el consumo de marihuana siempre ha estado envuelto en una nube de misterio. Las dudas han sido despejadas gracias al descubrimiento de un ensayo que él mismo escribió y que mantuvo en secreto.
Sagan era consumidor ocasional de marihuana y creía que tenía varios beneficios
El irrepetible científico escribió bajo el seudónimo de Sr. X un ensayo que data del 1969 y en el que expresaba abiertamente su historia personal con el consumo de marihuana. El ensayo apareció en 1971 en el libro Marihuana Reconsidered publicado por el Dr. Lester Grinspoon, un psiquiatra de la Universidad de Harvard que estaba muy a favor de la legalización de la planta.
El secreto de que el Sr. X era realmente Carl Sagan se mantuvo hasta la muerte del astrónomo y fue revelado en su biografía Carl Sagan: A Life. Podéis acceder al relato entero a través de este enlace, aunque os haremos un resumen de las partes más importantes, como aquellas en las que se puede leer que Sagan era consumidor.
Según relata, empezó a consumir marihuana a mediados de los treinta y desde entonces la fumaba ocasionalmente, algo que disfrutaba. Sagan menciona que la marihuana amplificaba sus sensibilidades tórpidas y que producía en él efectos muy interesantes. No solo eso, ya que afirma en un extracto que la experiencia del cannabis mejoró su apreciación y comprensión del arte: "La experiencia del cannabis ha mejorado enormemente mi apreciación por el arte, un tema que nunca antes había apreciado mucho. La comprensión de la intención del artista que puedo lograr cuando estoy drogado a veces se traslada a cuando estoy deprimido".
Las declaraciones de Carl Sagan van un poco más allá y el divulgador se explayó acerca de los beneficios que le aportaba en otros aspectos de ocio y sociales: "Se ha producido una mejora muy similar en mi apreciación de la música con el cannabis. Por primera vez he podido escuchar las partes separadas de una armonía de tres partes y la riqueza del contrapunto. Desde entonces descubrí que los músicos profesionales pueden mantener muchas partes separadas simultáneamente en sus cabezas. El disfrute de la comida se amplifica; surgen sabores y aromas que, por alguna razón, normalmente parecemos estar demasiado ocupados para notarlos. El cannabis también mejora el disfrute del sexo; por un lado, da una sensibilidad exquisita, pero por otro lado pospone el orgasmo".
