Tesla ya no aceptará pagos en Bitcoin como compromiso con el medioambiente

Frenada en seco. Tesla ha anunciado que ha suspendido las compras de vehículos con Bitcoin. La firma de coches eléctricos, que había adquirido 1500 millones de dólares de esta criptomoneda y que había realizado cambios y ajustes de cara a usarla como moneda de cambio para la adquisición de vehículos, ha cambiado de parecer. Ha sido el propio Elon Musk el que ha confirmado la modificación de estas políticas preocupado por uso cada vez mayor de combustibles fósiles para la minería de Bitcoin. En un comunicado distribuido por Twitter alerta del daño medioambiental de este tipo de criptodivisas.

Un cambio en la política de Tesla

Pese a que hace unas horas era el propio Musk el que confirmaba que aceptaba Dogecoins como pago para misiones en SpaceX, la situación parece haber cambiado drásticamente en el seno de otras de sus empresas. En el comunicado de Musk, que se ha vuelto viral en apenas unos minutos, el sudafricano afirmaba que, aunque las criptomonedas son una gran idea a muchos niveles, el gasto de recursos que se está viendo por la minería de Bitcoin no merece la pena y entra en conflicto con la idea general de Tesla de respetar el medio ambiente. Hay que decir que esta práctica, la de minería de monedas virtuales, depende en su gran mayoría de fuentes de energía sucias como el carbón, muy contaminantes.

“Tesla no venderá ningún Bitcoin y tenemos la intención de usarlo para transacciones tan pronto como la minería pase a una energía más sostenible", remarcó Elon Musk en su tuit. "También estamos buscando otras criptomonedas que utilicen <1% de la energía/transacción de Bitcoin", prosigue, dejando caer que siguen viendo a estas divisas alternativas como el futuro.

Es un cambio de política muy interesante, pues hasta hace unas horas, era posible adquirir un coche de Tesla y pagarlo íntegramente en Bitcoin en vez de dólares o euros. Con la inversión millonaria en Bitcoin de la empresa y tras aceptarlo como moneda de cambio, la compañía de coches eléctricos se había convertido en una paradoja absoluta: estaban usando combustibles fósiles y motivando a los usuarios a hacer lo mismo cuando venden productos eléctricos y herramientas no contaminantes o sostenibles.

Es un debate que ya hemos visto con los NFT o No Fungible Tokens, un tipo de objeto virtual que puede comprarse y no replicarse, la manera de llevar el mundo de coleccionismo, las tiradas limitadas y los incunables a internet. Sin embargo, estrés al que la minería de Bitcoins ha sometido a nuestro planeta se ha convertido en algo preocupante. La escasez de tarjetas gráficas y elementos informáticos similares han llevado a las empresas a desarrollar ciclos de producción cada vez más largos y constantes para suplir la demanda de un mercado absolutamente voraz. Según el Índice de Consumo de Electricidad de Bitcoins de Cambridge, que analiza el consumo de esta moneda en todo el mundo, el uso de energía de la moneda superó en números totales recientemente la huella energética anual de Argentina. De hecho, ya hay países que han confirmado que reducirán las transacciones de este tipo de monedas a fin de evitar picos de consumo eléctrico difícilmente soportables por la red eléctrica.

No son pocos los que creen que este nuevo arrebato de Musk es una maniobra de cara a la galería, buscando devaluar la imagen del Bitcoin a corto plazo para obtener más divisas a mejor precio o poder ver cómo sus posesiones en monedas rivales como el Dogecoin, de la que se ha mostrado especialmente seguidor.