El juego más raro que verás hoy: un musical estilo Romeo y Julieta protagonizado por un cacahuete y una fresa

Un artístico creador de videojuegos y una particular cantante británica se juntan para crear PBJ - The Musical, un videojuego 'stop motion' inspirado en Shakespeare y Monty Python.
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Como cada año, el

target="_blank">Day of the Devs previo a The Game Awards nos ha descubierto un montón de videojuegos independientes curiosos y atractivos. Entre los muchos títulos mostrados en el evento digital organizado por Double Fine y iam8bit el pasado 11 de diciembre, hay uno que dejará estupefacto, boquiabierto, anonadado, a cualquiera. Se llama PBJ - The Musical, saldrá en iPhone y iPad en el primer trimestre de 2025, y antes de que os contemos nada más, insistimos en que veáis su gameplay.

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Ahora que estáis probablemente aún más descolocados que al leer el titular de este artículo, os explicamos. Como el nombre del juego indica, PBJ es un musical interactivo. Uno cargado de humor y que desborda cariño por el arte.

Inspirado en Romeo y Julieta de William Shakespeare, y con un estilo visual stop motion reconocible por cualquier aficionado a los Monty Python, narra los "orígenes trágicos" del icónico sándwich de mermelada y mantequilla de cacahuete. ¿Los protagonistas? Una fresa y un cacahuete, claro.

El musical se estructura en 10 actuaciones en las que se guía "a una fresa rebelde y a un cacahuete desilusionado a través de collages de papel maravillosamente extraños". Se utilizan fotografías y recortes de todo tipo para dar vida al mundo y los personajes. Trazando un jocoso paralelismo con las diferentes procedencia de Romeo y Julieta, aquí el mundo de la fresa se representa con recortes de libros de cocina antiguos y revistas, mientras que el del cacahuete cobra vida con recortes de periódico.

Arrastra, tira y empuja a los protagonistas en collages interactivos

¿Pero cómo se juegan esas actuaciones? Básicamente, el objetivo es convertirse en un sándwich, y para ello hay que arrastrar, tirar y empujar de los diferentes elementos interactivos en pantalla y del propio escenario, todo ello mientras la narración a viva voz y la música acompaña la partida. Para evitar que los jugadores se atasquen demasiado, cuando pasa un tiempo, el personaje rueda ligeramente hacia la dirección correcta del escenario; y si ese tiempo se alarga, "toda la gravedad cambiará lentamente hacia la meta". También hay un modo guiado en el que "una goma elástica mágica te ayuda a superar los niveles". Al superar los niveles se desbloquean remixes de cada actuación con otras canciones y elementos visuales e interactivos.

El título es obra del desarrollador independiente alemán Phillip Stollenmayer, quien en 2020 ganó el premio de a mejor diseño de Apple con Song of Bloom. Sus recortes, modelados, interacciones y el resto del arte visual está acompañado por las canciones compuestas, cantadas e instrumentadas por Lorraine Bowen, una cómica, cantante y compositora británica que se ha rodeado de otros artistas locales, incluidos niños, para dar vida a las piezas musicales, incluso dejando fallos en la grabación de los instrumentos para dar "humanidad" al resultado final.

Stollenmayer lleva desde finales de 2020 trabajando en PBJ - The Musical, para el que ha "cortado y animado a mano" cientos de figuras de papel", sin utilizar, destaca, ningún tipo de inteligencia artificial. En un comunicado, explica cómo llegó a colaborar con Bowen: "Aunque vivo y trabajo en Alemania, de vez en cuando veo la televisión británica. Y cuando vi a Lorraine actuando en Britain's Got Talent en 2015, recibiendo el Golden Buzzer de David Walliams, supe que quería hacer algo con ella. La extravagancia de sus canciones encajaba totalmente con el ambiente de mis juegos".

PBJ: The Musical

Tras una primera idea que no convenció a la cómica, le propuesto este proyecto que en sus primeros compases ya tenía sus bases establecidas como reinterpretación cómica de Romeo y Julieta: "La fresa debería vivir en un glamuroso y colorido mundo dulce, y el cacahuete en un mundo capitalista en blanco y negro. Y los actos finales deberían desarrollarse en la escena de un restaurante, donde todo parece un libro de cocina de los años 80. A partir de estos guiones gráficos, colaboramos estrechamente para encontrar la música adecuada".

"Se trata de un espectáculo de canto y baile en una estructura lo-fi. Es como un musical de verdad: ES un musical de verdad, pero en un juego", explica Bowen. "Incluso he conseguido que Philipp, el desarrollador, cante algunos de los estribillos. Escribir este musical ha sido una pasada de principio a fin, ¡y espero que os sirva para manteneros despiertos!"

Fran G. Matas

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