Los escaparates de periféricos están llenos de ejemplos de auriculares con estructura cerrada. Es decir, el lado que recubre las orejeras por la parte externa está plenamente cubierto, ya que intentan bloquear todo aquel ruido que provenga del exterior. Esa cancelación puede ser pasiva, si para esta función sólo depende de sus materiales y forma del auricular, o activa, si además incorpora micrófonos y circuitería electrónica que contrarresta el sonido que capte de fuera. Uno de los pocos inconvenientes que pueden tener los cascos de este grupo es el aislamiento, y a veces sensación de vacío, que generan al ponértelos. Sin embargo, son perfectos para disfrutar de todo el sonido que suene a través de ellos sin que haya distracciones acústicas indeseadas.
Luego están los de tipo abierto, que están parcialmente sellados en el chasis de las orejeras para dejar fluir el aire a través de ellos. Ni que decir tiene que una parte del sonido que escuches con ellos se "escapará" al exterior y las personas que tengas a tu alrededor, dependiendo del volumen al que los tengas, podrá sentirlo con mayor o menor claridad. El gran qué de este tipo de cascos es que se genera menos calor en su lado interior (donde van las orejas) y, sobre todo, proporcionan una sensación sonora espacial mucho mayor, menos encajonada y más natural. A pesar de que en los estudios de grabación suele haber una mezcla de ambos tipos de cascos, en el mundo de los videojuegos no había una clarísima representación de los de tipo abierto. Hasta ahora.
Especificaciones técnicas
- Transductores de 40 milímetros
- Respuesta de frecuencia de 20 Hz a 40 kHz
- Almohadillas con tejido Athletic y espuma con memoria
- Batería de polímero de litio recargable de 800 mAH
- Conectividad inalámbrica por transmisor, Bluetooth y también por cable minijack de 3,5 mm.
- Micrófono unidireccional (100 Hz - 16 kHz)
- Batería de litio recargable de 800 mAh
- Dimensiones 198 x 167 x 102 mm
- Peso: 301 gramos
Cuestión de detalles. Suenan bien, son cómodos de llevar y su diseño es peculiar
Que unos auriculares tengan buena calidad de sonido es un factor imprescindible para tenerlos en cuenta, más en este rango de precios. Pero que también sean fáciles de colocar, que no molesten con las gafas puestas (si usas) o que la fuerza de presión que ejerza la diadema sobre tu cabeza sea firme -pero poco agobiante- también debe contar. Y en el nuevo modelo de Turtle Beach todos estos ingredientes se dan cita para convertirlos en uno de los auriculares gaming más ligeros y atractivos de llevar de cuantos hemos probado en la redacción. Pero es que, aparte de todo esto, su banda de malla elástica en la parte superior (con ajuste de velcro en los lados), su sistema flotante de orejeras que aporta gran flexibilidad a la hora de ponértelos -porque se adaptan rápidamente según sea la forma de tu cabeza- o las almohadillas de espuma viscoelástica especial que no nos han hecho sudar las orejas por muchas horas que los hemos llevado puestos, tanto para jugar como para escuchar música, nos han parecido buenas decisiones en general. Primero, porque estos elementos les confieren un aspecto único que llama la atención y que permite identificarlos rápidamente. Y, segundo, porque el chasis de plástico que los une está pensado para que no añada gramos de más a su peso total. ¿Resultado? Apenas los hemos notado cuando los hemos probado durante largas sesiones de juego y al mirarnos al espejo con ellos, nos han parecido elegantes a la par que singulares. Tal y como está saturado este segmento de periféricos, escribir esto ya es importante.
Vamos con el sonido. Lo hemos dejado para el final de este bloque porque lo que hemos apreciado está a medio camino entre lo premium y lo correcto. Según con qué tipo de juego los usábamos nuestro veredicto se movía entre estos dos baremos. Por un lado, en títulos con presencia de una gran banda sonora y muchos efectos especiales el rendimiento sonoro de los Atlas Air fue excelente y equilibrado. Quizás hemos echado en falta algo más de presencia de frecuencias bajas (graves) pero que no distorsionen cuando la situación se ponía tensa en pantalla, con una alta mezcla de sonidos diversos, ya nos pareció destacado. Más que nada porque esta clase de comportamientos suele estar presente en auriculares más caros, por encima de los 300€ como mínimo. Y, sin embargo, cuando los hemos puesto a prueba con el F1 24, su sonido no era tan contundente en momentos como cuando hacíamos rugir el motor o al atravesar diversas zonas donde se apreciaba una ambientación menos natural. Podríamos pensar que esto se debería al tipo de mezcla o masterización que lleve cada videojuego. Sin embargo, en el caso del F1 24, podíamos compararlo con detalle porque su respuesta general la teníamos más que identificada al probarla con otros cascos diferentes. Eso sí, gracias al software de la marca como el Waves 3D y Swarm II pudimos "tunear" el sonido a nuestro antojo. En el caso de la versión de escritorio para PC, aparte de los controles habituales en este tipo de auriculares, también se incluye un ecualizador de 10 bandas. En la app móvil no.
Controles, comunicaciones y batería
La botonera y conexiones principales se encuentran en el lado izquierdo del casco: desde el volumen que se ajusta al girar la rueda para ello (al estilo de los auriculares inalámbricos oficiales de Xbox), el botón de encendido, conmutación para fuente de sonido y enlace de Bluetooth, conector para auriculares tipo minijack, el puerto USB-C de carga… También hay una abertura para colocar el micrófono extraíble, el cual se puede abatir y silenciar al elevarlo, como ocurre en otros auriculares gaming. Aparte, viene con espuma "anti-pop". ¿Qué tal la calidad? Pues no es brillante, en general, pero permite mantener chats de audio claros. Lo único que encontramos mejorable fue el trabajo de la IA a la hora de suprimir los ruidos de fondo.
Y, por último, las 50 horas de autonomía que promete la marca californiana estuvieron muy cerca de la práctica (45h), aunque hemos de reconocer que nos gusta el sonido a un -digamos- generoso volumen. Y eso drena la batería mucho más. Lo sabemos, somos conscientes y nos declaramos culpables. ¡Qué le vamos a hacer!
Conclusiones
Junto con los Stealth Pro, creemos que es el modelo más resultón que tiene y ha tenido Turtle Beach en todo su catálogo. Recomendamos los Atlas Air si buscas ante todo un precio en torno a los 150€ cuestan en estos momentos, buena calidad de sonido en todas las frecuencias y, principalmente, sin tener que renunciar ni un ápice a la gran comodidad que supone llevarlos puestos durante largas horas. ¿Son perfectos? Ni mucho menos. La calidad de sus materiales podría mejorarse. Por ejemplo, la práctica malla que sujeta la parte superior de la cabeza es más que posible que sufra un desgaste prematuro o el micrófono podría ser más robusto, por poner dos ejemplos sin rebuscar demasiado. Pero es innegable que son, posiblemente, los auriculares de diadema más ligeros que hemos probado en los últimos años.
*Hemos realizado este análisis gracias a unos auriculares proporcionados por Turtle Beach.