Ready at Dawn, el estudio norteamericano creador de juegos como God of War: Chains of Olympus (2008), The Order: 1886 (2015) y Lone Echo (2017), han cerrado definitivamente sus puertas, después de que el pasado mes de abril se hubiera despedido a un tercio de los empleados del estudio, como parte de la reestructuración masiva de Meta.
Meta, la compañía anteriormente conocida como Facebook, que es dueña además de esta red social de Instagram, WhatsApp y Oculus, compró el estudio en 2020 tras el éxito de Lone Echo, considerado uno de los mejores juegos de realidad virtual. Ya como parte de la compañía de Mark Zuckerberg, solo llegaron a lanzar Lone Echo 2 (2021), de nuevo una aventura exclusiva de Oculus Rift, que no tuvo críticas tan positivas como la primera entrega. Según se informa, Meta ha ofrecido a los empleados del estudio que se postulen para un puesto en otros equipos dentro de Oculus Studios, y así retener a la mayor cantidad de empleados posible.
La trayectoria de Ready at Dawn
El estudio fue fundado en 2003 en Irvine, California, por varios extrabajadores de Naughty Dog y Blizzard Entertainment, y en sus inicios estuvieron estrechamente ligados a Sony Computer Entertainment, desarrollando Daxter (2006) para PSP, su primer juego, y God of War: Chains of Olympus (2008) y God of War: Ghost of Sparta (2010) también para la portátil de Sony, el port de Okami (2008) para Wii, y God of War: Origins Collection (2011) para PS3.
El estudio dio un ambicioso salto a las consolas de sobremesa en 2015 con The Order: 1886 para PS4, un espectacular shooter en tercera que cosechó criticas bastantes negativas, y con el que se rompió definitivamente la relación con PlayStation. Nueve años después de su lanzamiento, es sorprendente ver cómo su deslumbrante apartado gráfico ha sido superado por muy pocos juegos.
Después lanzaron el fallido Deformers (2017), un juego de acción multijugador, y Lone Echo (2017), una aclamada aventura de acción la realidad virtual de Oculus Rift, que hizo que Meta comprara el estudio. Su último juego fue Lone Echo II (2021), y la historia de su cierre repite lo ocurrido con otros estudios comprados por grandes compañías, algo de lo que hemos tenido algunos ejemplos este año, un 2024 negro para los empleados de la industria de los videojuegos, que ya se ha cobrado más de 11.000 despidos.