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El rol de mesa puede entrar en una dimensión diferente con L'Immortal, un juego que están desarrollando alumnos del Grado en Diseño de Productos Interactivos de U-tad en el que un jugador ejerce de Héroe y recorre un laberinto utilizando un dispositivo de realidad virtual (VR), mientras que otro jugador ejerce de dungeon master y va alterando como si fuera un dios el curso de la partida desde una pantalla de ordenador.
Una de las principales características de U-tad es que su formación tiene vocación práctica. Esto es así sobre todo en los tres másteres en desarrollo de videojuegos (en Game Design, en Programación de Videojuegos y en Arte y Diseño Visual de Videojuegos) pero también los alumnos del Grado en Diseño de Productos Interactivos trabajan en distintos proyectos, y L’Immortal es de los que más llama la atención por la originalidad del planteamiento.
La idea se les ocurrió a sus creadores hace dos años, durante una partida de Dark Heresty, un juego de rol ambientado en el universo de Warhammer 40K), y el grupo de alumnos propuso esta idea a la universidad, donde se la aceptaron y les asignaron a profesores y profesionales de la industria para ayudarles a convertir la idea inicial en un juego factible.
Un jugador vive el escenario en primera persona y el otro lo controla todo como un dios
Pese a que los alumnos llevan ya un tiempo trabajando en el juego, está en un momento temprano de desarrollo, pero evolucionando poco a poco en esta original experiencia con ambientación en la mitología griega clásica en la que el jugador de realidad virtual vive la aventura en primera persona mientras que otro ve todo el escenario con perspectiva cenital y va poniendo dificultades en el camino del héroe en función de unas cartas que va utilizando según el maná que consigue de unas fuentes que hay distribuidas por el mapa y que el héroe puede destruir, lo que da más emoción y estrategia a la partida.
Hace un año los alumnos presentaron en público las bases del juego y en este tiempo han ido implementando distintas mecánicas y mejorando la jugabilidad, " Al ser el primer juego que hacemos en realidad virtual, el diseño se hace a base de prueba y error, ya que nunca se sabe a ciencia cierta si una nueva mecánica va a funcionar hasta que no se prueba", dicen los creadores del juego. Así, han modificado o eliminado algunos hechizos que estaban diseñados porque o bien mareaban al jugador o bien este no sabía exactamente qué sucedía porque había demasiados efectos en pantalla. Otros se cambiaron para explotar mejor las posibilidades de la realidad virtual: "en vez de dar a un botón para castear un hechizo, siempre es mas divertido para el jugador tener que realizar un gesto o movimiento con las manos", dicen los alumnos que trabajan en L’Immortal.
También se redujo el tamaño del mapa para que las partidas fueran más cortas y con más acción, además de para eliminar la ventaja del jugador que hace de master/dios. Según el equipo, "al ser más pequeño, el jugador de VR tarda menos en llegar a los sitios, haciendo que su progresión fuese más rápida y que la lucha contra el dios fuese más equilibrada". También se han cambiado las normas para cambiar y utilizar las cartas de maná para igualar las fuerzas entre el master/dios y el jugador.
Coordinar a diez estudiantes de cuatro carreras universitarias distintas
Cada uno de los distintos departamentos se ha ido encontrando con diversas dificultades, relacionadas sobre todo con el hecho de que el juego funciona en una misma máquina pero uno de los jugadores lo ve en un dispositivo de realidad virtual y el otro en un monitor tradicional, con lo que esto supone de novedad para las mecánicas y para los diseños artísticos del juego.
Los programadores tampoco han tenido fácil "conseguir sacar en una misma máquina a un jugador en VR y otro en un monitor puesto que el motor usado, Unreal Engine, no lo permite de forma nativa", dice el equipo de desarrollo, aunque el mayor reto ha sido "coordinar a un grupo de más de 10 estudiantes de cuatro carreras distintas. Por suerte, no tuvimos que afrontarlo solos ya que la universidad nos asignó a un productor profesional, Dani Pastor, que nos ha ayudado a sacar el proyecto adelante con reuniones semanales para centrarnos y más de un toque de atención, para centrarnos aún más", añaden los estudiantes.
El concepto de L’Immortal lleva a plantearse si sería posible el juego multijugador online, y los alumnos que están creando el juego reconocen que lo han pensado y que sería una experiencia divertida, pero "privaría al jugador de la experiencia social que queremos transmitir: dos o más amigos jugando en un mismo espacio. El objetivo inicial del juego fue replicar la experiencia de una partida de rol, lo que se perdería si los dos jugadores no están en el mismo sitio", dicen, y añaden: "No queremos cerrar ninguna puerta, por lo tanto la respuesta es un ‘de momento no’ pero en un futuro...".
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