Tras el reciente desembarco del clásico The Elder Scrolls III: Morrowind a Xbox One gracias a la retrocompatibilidad con el título original de Xbox (se lanzó en 2002 en la primera consola de Microsoft, además de en PC), nos llega un vídeo de Digital Foundry que muestra el enorme salto que se ha dado gracias a las mejoras técnicas derivadas del funcionamiento de la retrocompatibilidad en la plataforma de la compañía de Redmond.
Entre las mejoras técnicas más destacadas está el aumento de la resolución: multiplica por 16 la resolución original si jugamos en una pantalla 4K con Xbox One X. Además, ahora funciona a 60 imágenes por segundo estable, un rendimiento muy superior al original.
El título da todavía algunos tirones en momentos concretos, según señalan, pero esto posiblemente se debe en esencia a que para eliminarlos el juego debería volver a escribirse.
La resolución pasa de la original 480p en formato 4:3 a 2560x1920 píxeles con formato panorámico. En el caso de Xbox One S la resolución alcanzada es de 1280x960 píxeles.