La casa del dragón comenzó con muy mal pie en audiencias en su estreno en Max pero lo cierto es que, semana tras semana, parece haber ido conquistando a los espectadores. Su historia, basada en Fuego y Sangre de Canción de hielo y fuego, nos traslada a las luchas intestinas de la Casa Targaryen por la sucesión al Trono de Hierro, todo ello con multitud de dragones. Sin embargo, la producción de Ryan Condal, showrunner de la ficción de la plataforma de Warner, no está exenta de polémica. En los últimos episodios hemos visto graves divergencias con respecto a lo narrado en la novela de George R.R. Martin, un aspecto que ha dado pie a teorías descabelladas sobre cambios en el final de la Danza de Dragones que asoló Poniente antes de los sucesos de Juego de tronos. Ahora es el propio autor, tras su enfado de hace unos días, el que arremete contra La casa del dragón por un cambio que, según él, contradice la lógica y el canon de la serie.
A George R.R. Martin tampoco le gusta este cambio que han hecho en el último capítulo de 'La casa del dragón' y cree que está fuera de lugar en su mitología: 'Rompe el canon'
Martin, autor de las novelas originales de Canción de hielo y fuego y productor de la serie, ha alabado en varias ocasiones el proyecto, destacando que hay cambios que le parecen especialmente buenos y que ojalá hubiesen tenido un mayor recorrido en sus trabajos literarios. Pero también suele ser bastante sincero y honesto con los cambios que van a peor. Tras criticar la heráldica Targaryen, en el último episodio de la serie de HBO hemos visto lo que se conoce entre los lectores como la historia de las "semillas de dragón" y parece que se avecina una nueva jinete inesperada y que no se ha visto en los libros. Esto, unido a un cambio en la actitud de las bestias que escupen fuego, ha llevado a Martin a poner los puntos sobre las íes en su blog de forma directa y algo dura.
Comencemos por los hechos en la serie. En esta temporada, hemos observado cómo Rhaena (interpretada por Phoebe Campbell) ha sido relegada a un exilio forzado por su madrastra, encargándose de llevar a los hijos pequeños de Rhaenyra a Pentos, una tarea que acepta a regañadientes. Desde hace dos episodios, Ryan Condal y su equipo de guionistas han estado preparando el terreno para que Rhaena se convierta en jinete de dragón. A mitad del episodio, titulado Populacho, Lady Jeyne Arryn le revela que en el Valle hay un dragón que llegó hace tiempo en busca de comida. ¿De qué dragón se trata?
Todo apunta a que se trata de Robaovejas, uno de los dragones salvajes de Rocadragón. Esto confirma una teoría de los fans: que han eliminado a uno de los grandes personajes del libro (Ortigas) para darle su lugar a Rhaena. Se trata de un ajuste y un cambio interesante, ya que Ortigas en los libros viene acompañada de rumores sobre su relación con el príncipe Daemon, alimentados por Champiñón y Mysaria. En un momento dado, cegada por los celos y la ira, Rhaenyra acusa a Ortigas de hechizar a Robaovejas y a su esposo, ordenando su muerte. Para complicar más las cosas, existen teorías de que Ortigas podría ser la hija bastarda de Daemon, ya que el maestre Norren la llama "chica bastarda" de Daemon, y sus observaciones sugieren una relación padre-hija.
De un modo práctico, sabemos que Baela y Rhaena se consideran las primeras hijas legítimas del príncipe Targaryen, por lo que fusionar a Ortigas con Rhaena simplifica las cosas en términos narrativos. Pero este cambio no le molesta especialmente a Martin, que sabe que en televisión hay que hacer sacrificios narrativos en pos de un mejor ritmo o un efecto dramático más enfatizado y fácil de digerir por los espectadores en según qué arcos argumentales. George R.R. Martin está molesto porque se ha traicionado la naturaleza de sus criaturas fantásticas. Para él, la presencia de un dragón tan lejos de Rocadragón no es creíble ni verosímil. Martin ha criticado las licencias que la adaptación de HBO ha tomado con los dragones, mencionando que en su mundo, los dragones no son nómadas y raramente se alejan de sus territorios.
"Ignora el canon y el mundo que has creado se rompe como pañuelos de papel", concluía Martin su texto no sin antes comentar una característica más de los dragones de su mundo: no son nómadas. No se suelen alejar de un par de sitios por sí mismos de manera más o menos permanente, teniendo hábitos de caza muy claros. "Pensad en ello. Si los dragones fuesen nómadas, habrían infestado la mitad de Essos y la Madición solo hubiera matado a pocos de ellos. Parecidamente, los dragones de Poniente raramente se alejan de Rocadragón. De otro modo, después de trescientos años, habría habido dragones por todo el reino y cada casa noble tendría unos pocos", confirmaba. Para él, es inconcebible que un dragón esté en el Valle o Nido de Águilas, especialmente si es uno de los dragones salvajes.
"Los tres dragones salvajes mencionados en 'Fuego y Sangre' tienen guaridas en Rocadragón. El resto se pueden encontrar en Pozo Dragón de Desembarco del Rey o en las cavernas profundas bajo Montedragón. Sí, Luke vuela a Arrrax a Bastión de Tormentas y Jace a Invernalia pero los dragones no hubieran volado por sí solos excepto bajo circunstancias muy especiales. No encontrarás dragones cazando en las tierras de los ríos o El Domino o el Valle o vagabundeando en las tierras norteñas o las montañas de Dorne", concluye de forma contundente. Martin, cansado de que se le critique por tardar más o menos en escribir sus libros, piensa que un cambio así echa por tierra muchos buenos ajustes hechos en la serie. ¿Estáis de acuerdo?