Hollywood se enfrenta a una grave crisis de sostenibilidad en sus presupuestos cinematográficos, ya que las películas más importantes de lo que llevamos de temporada veraniega se encuentran luchando por recuperar sus exorbitantes costes en taquilla. El reino del planeta de los simios ha supuesto una raya en el agua, cosechando buenos números para Disney y 20th Century Studios, pero el enorme fracaso de Furiosa, el golpe de Argylle a comienzos de año y los malos resultados de El Especialista y Amigos Imaginarios, preocupan mucho en el circuito de estudios de las grandes majors del Séptimo Arte. ¿Qué está pasando? ¿Está el modelo cinematográfico colapsando? ¿Se acabaron los blockbusters para siempre?
Los fracasos de 'Furiosa' con Anya Taylor-Joy y 'El Especialista' con Ryan Gosling en taquilla preocupan en Hollywood: ¿se acabó el modelo de los blockbusters? ¿está la industria condenada?
Amigos imaginarios, la divertida fantasía infantil de Paramount, se ha quedado corta en sus expectativas de taquilla. Apenas ha recaudado 160 millones de dólares en todo el mundo, cifras decentes pero insuficientes para compensar su presupuesto de más de 110 millones. Para muchos expertos en Hollywood y en los canales de distribución tradicionales, son pistas que dejan claro que hay algo que ha cambiado con respecto a los tiempos previos a la pandemia de coronavirus. A eso hay que sumarle un aumento exagerado de los presupuestos, algo que hace inviable la rentabilidad de una cinta en los primeros dos o tres fines de semana.
Películas como la citada El Especialista de Universal, no llegó a cumplir sus objetivos en la taquilla, y ha demostrado que los altos costes de producción son insostenibles para estos colosales proyectos cinematográficos. La producción con Ryan Gosling y Emily Blunt ha recaudado más de 166 millones de dólares pero ha costado más de 140 sin contar publicidad, unas cifras que nos indican que necesitaría entre 275 y 300 millones para ser rentable. Una auténtica burrada. Igual o peor es el caso de Furiosa que, con un presupuesto de 168 millones de dólares, ha generado 144 millones en los cines de todo el mundo pero necesitaría de forma urgente entre 350 y 375 millones para alcanzar el punto de equilibrio comercial que se le exige desde Warner.
Estos ejemplos subrayan una tendencia preocupante: los presupuestos de las películas han aumentado significativamente debido a los mayores costes de producción, viajes, salarios y marketing, mientras que los ingresos en taquilla están disminuyendo. Según Comscore, los ingresos en países como Estados Unidos han bajado un 26% desde 2023, lo que complica aún más la recuperación de la inversión inicial. Y los expertos lo dicen alto y claro: estamos cerca del punto de ruptura.
Stephen Galloway, decano de la escuela de cine de la Universidad de Chapman, afirma que Hollywood depende casi exclusivamente de los fines de semana de estreno para evaluar el éxito financiero de una película, a pesar de que algunos argumentan que esta práctica es insuficiente y engañosa, sobre todo en el mercado actual, dominado por otros modelos de negocio en el ámbito audiovisual. Sin embargo, dada la inflación y los crecientes aumentos de los presupuestos, no parece haber una alternativa viable, más y cuando la propia industria ha roto las ventanas de distribución, con cintas que se lanzan en video bajo demanda y digital muy rápido, un hecho que lleva al público a pasar de acudir a las salas y esperarse a ver el último estreno en casa por la mitad de precio. Cintas como Bad Boys 4 con Will Smith y Martin Lawrence han dado un pequeño respiro, y se espera que Deadpool y Lobezno en julio sirva de salvavidas para el ejercicio global de 2024, que está siendo catastrófico. Y no hay buenas perspectivas.
La industria cinematográfica ha encontrado nuevas fuentes de ingresos post-COVID, como acuerdos de licencia con plataformas de streaming, pero estos ingresos dependen en gran medida del rendimiento en taquilla. Así, los estudios necesitan que sus películas generen al menos 2,5 veces su presupuesto de producción para salir de los números rojos. Sí, aunque Hollywood siempre ha reposado sobre una mezcla de creatividad y negocio, la creciente brecha entre costes de producción y recaudación en taquilla pone en riesgo la viabilidad financiera de muchas películas. En estos momentos, el panorama es desolador: la industria debe encontrar un equilibrio sostenible para evitar que las grandes producciones se conviertan en inversiones fallidas.
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