En un nuevo caso de David contra Goliat en el ámbito legal, Amanj Ali, el dueño de un pequeño restaurante de comida rápida de Reino Unido, ha sido llevado a juicio por la gigante automotriz Tesla, del que es dueño Elon Musk. La disputa comenzó cuando Ali decidió bautizar su establecimiento con el nombre de 'Tesla Chicken & Pizza' (Pollo y Pizza Tesla), en homenaje al célebre inventor Nikola Tesla, sin prever que esta elección le costaría más que un simple tributo.
Intercambio de demandas
El propietario del establecimiento perdió su caso al tratar de conservar el nombre después de que la empresa de Musk argumentara con éxito que su uso le daría al local una ventaja injusta gracias a su reputación. Lo cierto es que Ali registró el nombre en mayo de 2020 en la Oficina de Propiedad Intelectual (IPO) para servicios de alimentos y bebidas, y dijo que Tesla no presentó ninguna objeción dentro del plazo habitual de dos meses después de la solicitud, informó la BBC.
Sin embargo, en noviembre de 2021, el gigante estadounidense presentó una solicitud para invalidar su marca, presentando una alegación contra el restaurante por infracción de la propiedad intelectual, a lo que Ali se negó.
Tesla argumentó que el restaurante se estaba beneficiando indebidamente de su reputación global, desencadenando una batalla legal que culminó con Ali siendo ordenado a pagar 4.000 libras a Tesla y renombrar su negocio como 'Colorado's Chicken'. Tras dos años de juicios, se dio la razón a Tesla y la factura legal para el propietario del restaurante asciende a 12.000 libras (14.000 euros).
Un malentendido con una broma
El conflicto se intensificó cuando trascendió que Tesla había acusado a Ali de intentar vender la marca registrada por una suma de 750.000 libras, una afirmación que el propietario del restaurante negó rotundamente, alegando ser esto un malentendido. Según el dueño del restaurante, la empresa inicialmente le ofreció solo 750 libras como compensación por el uso de la marca, propuesta que él bromeó diciendo que consideraría solo si se añadía "una 'k' al lado".
A pesar de haber invertido ya 8.000 libras en gastos legales, Ali expresó que habría apelado la decisión de no ser por la limitación financiera, subrayando la disparidad en recursos entre su pequeño negocio y la corporación multinacional. Sea como fuere, el nombre tuvo que ser retirado, por lo que además el coste de la inversión de Ali fue a la basura. La base de la reclamación de Tesla se basó en un tuit en X (Twitter) sirvió como prueba sobre las intenciones previas de la marca a dedicarse al negocio de la restauración y el ocio, lo que invalidaba el registro de Ali.