Tras varias entradas comentando el maravilloso servicio y honradez de los japoneses, esta semana os voy a comentar algunas curiosidades con las que nos podemos encontrar dentro del mundo laboral japonés. Cosas raras para nosotros, algo normal para ellos. De hecho te preguntarán: "ah, ¿pero en España no es así?"
La tasa de desempleo en Japón es irrisoria, sobre todo si la comparamos con los índices españoles. Se dice que Japón lleva en una recesión económica desde hace muchos años, y a pesar de ello el desempleo a junio de 2011 se situó en el 4,6%. Se ha producido un ascenso del 0,1% con respecto al año anterior y el sector de la industria ha sido la más afectada (crisis económica global y el desastre natural como principales causas).
Dentro mi cerebro empirista y retorcido, me pongo a observar cuales pueden ser las causas de que el nivel desempleo sea tan bajo a pesar de la situación económica y percibo la cantidad de trabajos, un poco absurdos, que los japoneses realizan. Todo en pos del buen servicio y la seguridad por supuesto.
Por ejemplo, cuando están haciendo una obra en la calle, levantando la calzada o algo por el estilo, ya no es sólo que le pongan unas vallas para cercar el perímetro, o que dichas vallas y cada persona lleve un chaleco reflectante, sino que suelen tener una o dos personas fuera del perímetro con un par de banderas (o un palo luminoso a modo de mini espada laser) para decirte: "Pase, tenga cuidado". Y eso es todo. Es decir, que el trabajo de esa persona es velar para que nadie tropiece en estas obras. Y yo digo, las vallas, el sonido de una taladradora, los chalecos reflectantes ya me dan que pensar que hay una obra, quizás no es necesario una persona que me diga que tenga cuidado, ya lo percibo yo.
Por otro lado pienso que es una medida de seguridad especialmente hecha para japoneses e invidentes. Los segundos por razones obvias, en cuanto a los japoneses, como están todo el día mirando el móvil pues pueden tropezar y caer en una zanja, pero ahí estará el hombre de las banderas para salvarles la vida. Puede parecer que exagero, pero incluso si están haciendo un pequeño agujero de 50 cm con un taladro, el dispositivo de seguridad al completo estará desplegado. En ocasiones, lo que es aún más curioso, es la utilización de otros medios para realizar este empleo como vemos en la foto a continuación.
Otro de los casos se da en ciertas cafeterías, como por ejemplo la famosa cadena Starbucks. Normalmente en estas cafeterías tienes una persona para atenderte y cobrar, esta persona les transmite el pedido a otras que preparan el café y otra tercera persona te lo entregará. Además en algunos casos hay otro trabajador en la cola, ofreciendo el menú a las personas que esperan, a pesar de que se pueda ver en un cartel muy grande encima del mostrador todas las bebidas disponibles. Lástima que siempre pongan el café ardiendo, deberían poner otra persona para soplarlo y enfriarlo un poco.
El tercer caso se da en la entrada a los garajes en zonas céntricas, donde suele haber dos personas, una a cada lado de la salida. Estas personas se encargan de cortar la calle de tráfico de peatones cuando entra o sale un coche, y vuelven a dejar circular una vez el vehículo a efectuado su maniobra. Después pedirán 250 veces disculpas a los viandantes.
Otro ejemplo lo tenemos en algunos organismos oficiales como los Ayuntamientos de distritos aquí en Tokio. Entramos para realizar unas gestiones, preguntamos en información donde está el lugar específico para una gestión tal como cambiar el domicilio en nuestro registro de inmigrantes. Nos indican donde está la sección oportuna y en ese lugar vemos la típica máquina para sacar el papel con nuestro número. Pues allí junto a la máquina tenemos a otra persona cuya función es preguntarnos cuál es la gestión que queremos hacer y pulsar el botón apropiado por nosotros. Ahora me da por pensar que esto ahorraría millones de horas de espera en la burocracia española donde tras esperar varias horas esperando para una gestión minúscula el funcionario te explica muy amablemente que eso es en la ventanilla 4c.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo el servicio japonés se lleva a cotas insospechadas. La filosofía de las empresas difiere tanto con la de España que te deja boquiabierto. En muchas ocasiones te preguntarás: "¿Y esta persona sólo hace esto?". Mientras que en España, al menos por mi experiencia, siempre se intenta sacar el mayor trabajo posible con el menor gasto (esto es menos trabajadores y si pueden hacer más por menos dinero mejor), en Japón el servicio es lo primero y si necesitas contratar a más personas se contratan y punto.
Por otro lado la oferta de Arubaito (trabajo temporal por días y horas) es inmensa y cualquier persona que quiera trabajar de forma temporal en cafeterías, restaurantes, conbinis, etc. no tardará en encontrar un empleo en menos de una semana. Ahora me remonto a mi época de estudiante en España y me entra la risa floja.
Quizás por estas razones, el número de indigentes que puedes ver en Japón es bastante reducido, sobre todo si lo comparas con otros países desarrollados. Aunque también el hecho de que no mendiguen, sean peligrosos o se concentren en guetos les haga más invisibles. En resumen, Japón es un país trabajador, lo demuestran sus cifras y quizás algunos de las características del sistema laboral como el trabajo temporal, sería un acierto si se importaran a nuestro territorio.