Hola a todos. Con la fiebre del kanji aún en mi cabeza, esta nueva entrada de conexión Japón me sirve para desconectar un poco y ofreceros algunas curiosidades más en este caso sobre el dinero nipón,
A pesar de que actualmente en una gran multitud de sitios puedes pagar con tarjeta, hace unos años no era tan habitual. No por el hecho de falta de tecnología como comprenderéis, sino más bien por un extraño arraigo cultural hacia el dinero físico, o para que suene más moderno: el cash. Veremos si dentro de unos años con tanto problema de robos de cuentas y datos en internet no volvemos a estos orígenes.
Japón, además de ser la tercera potencia económica, también está entre los diez países con mejor calidad de vida, lo que implica entre otras cosas un salario medio más que aceptable. Sin embargo, lo más curioso es, que dentro de la variedad de billetes, aquel de mayor cantidad son 10.000 yenes (unos 100 euros). Es decir que aunque se ganen 2.000 – 3.000 euros, no existen billetes superiores a 100 euros. En España con un salario que se reduce a la mitad tenemos billetes de 200 y 500 euros, aunque de la existencia de estos últimos no existen pruebas concluyentes y los agentes especiales Mulder y Scully están investigando su paradero.
Más curiosidades sobre el dinero en Japón tienen lugar en las ceremonias de matrimonio. Al igual que ocurre en España, normalmente buena parte de la familia aporta el típico sobre con una cantidad de dinero a determinar y que sirve como empujoncito inicial a la vida de casados o bien para pagarte la luna de miel. En Japón también existe esta tradición, pero claro como japoneses que son todo está lleno de protocolo. El sobre debe ser de un modelo en particular, con lazos y colores que representen la buena suerte. Nunca dar el dinero en mano. Para más inri los billetes han de ser nuevos, ya que representan la nueva vida de la pareja. Ahora bien, valen lo mismo representen lo que representen pero queda feo si no están bien planchaditos. Por el contrario también se suele dar dinero a la familia de un fallecido en el funeral, pero en esta ocasión el sobre tiene colores distintos y el dinero ha de ser viejo, ya que expresaría algo así como: "Se ha ido tan de repente que no me ha dado tiempo a adquirir billetes nuevos", y esto va en serio. Sin embargo, lo más curioso de todo es que los billetes japoneses, en principio porque no suelen doblarlos, aunque también por el tipo de papel usado, parecen billetes nuevos siempre. Es decir que aquí no tenemos esos billetes de 5 euros que por el efecto del sudor, el arrugamiento, los cortes y las noches de fiesta más parecen un billete de The Landlord’s Game.
Luego también a la hora de entregar los regalos hay mucho protocolo del tipo que podemos denominar algo así como humilpocresía. La persona que otorga el regalo siempre dice algo así como: "es una tontería de nada" ( つまらない物ですが…), y lo dirá ya te esté dando un caramelo Drácula o un Porsche 911 Carrera de 1994 con todo el equipamiento. Por su parte la parte receptora en ocasiones dice algo así como "Siento las molestias que haya tenido por pensar en mí" (a lo que yo personalmente añadiría con voz quebrada por la angustia: "Siento mucho haber nacido este día"). En el caso de regalos espontáneos la parte receptora siempre rechazará el presente, entonces el que ofrece insistirá una vez más y entonces sí la receptora lo tomará. Pero vamos que, si el resultado siempre es el mismo, menuda forma tonta de perder el tiempo, ¿no?
Para terminar, comentar también un caso muy curioso que vi en la televisión hace unos años. El asunto es que, en Japón, si te encuentras dinero y lo entregas en una comisaria te toman tus datos personales, y si en un período "X" (no recuerdo si era uno o dos años) nadie lo ha reclamado, es para ti. Por otro lado, si alguien finalmente lo recoge, tú podrás reclamarle por ley entorno a un 5-20% del mismo como recompensa. No sé si en España está estipulado por ley o no, pero vamos que si se te cae un billete o un fajo de 500 en Madrid es como si lo hiciera en un agujero negro.
El caso es que un taxista nipón encontró una bolsa llena de dinero en su taxi. Mucho dinero. Lo suficiente como para que la persona que se le olvidó no asomase la cabeza por la comisaría. Seguramente dinero de la yakuza o de algún asunto turbio. El taxista siguió con su oficio hasta que pasó el tiempo oportuno y como nadie lo reclamó se lo entregaron. Dejó su oficio y a vivir que son dos días. Y precisamente eso, dos días, ya que el pobre individuo se gastó todo el dineral en apenas un par de años y se arruinó por completo.
Así que bueno, tras recabar toda esta información, me pongo el traje de buzo y me voy al río Meguro a ver si encuentro algunas pepitas de oro o restos de algún naufragio fluvial o algo. Deseadme suerte.