De vez en cuando hay juegos que salen de la nada, sin demasiada publicidad ni un gran apoyo por parte de su distribuidora y que por alguna razón gustan al público y acaban vendiendo una gran cantidad de unidades. Ese es el caso de de Blob, un juego que comenzó como un proyecto de fin de carrera de unos estudiantes a los que THQ compró el concepto, creando un juego que dejó my buen sabor de boca en aquellos que lo habían probado. El concepto de juego era muy sencillo, ir coloreando una ciudad gris, dotándola de vida y consiguiendo que se llenase de música. El juego original tenía algunos defectos, como una duración excesiva de las fases o poca variedad, pero lo que es innegable es que tras una partida, salías de mucho mejor humor.
Vuelve la tiranía del blanco y negro
Tras haber liberado a la ciudad de la tiranía del blanco y negro en el primer juego, nuestro protagonista se había confiado. Lo que no se esperaba era que durante sus vacaciones la ciudad volviese a ser tomada y la volviesen a teñir de blanco y negro. Pero las cosas no se quedarán así, y es que si ya devolvió el color una vez, Blob volverá a coger sus pinturas y devolver la alegría a la ciudad.
Por lo que vimos la historia se desarrollará de forma muy similar a la primera parte, con videos de buena calidad (y con un gran sentido del humor) y escenas de carga en la que se nos desplegarán unas escenas estilo comic para ponernos al día de la misión.
Una de las cosas que hemos podido apreciar en la demo que pudimos probar es que el juego se mantiene muy fiel al original, tanto en concepto como en desarrollo de los niveles. A la hora de jugar nos encontraremos en una zona de la ciudad a la que tendremos que liberar. Para ello iremos recogiendo botes de pintura y coloreando los edificios, encontrándonos con misiones que nos permitirán o avanzar en la historia o simplemente acumular más puntos. Las misiones, por lo que vimos, seguirán el patrón de las de la primera parte, es decir, nos pedirán pintar unos cuantos edificios de los colores que nos pidan, debiendo completarlas en un tiempo determinado. La mayor novedad está en el hecho de que en ciertos momentos, cuando nos metamos por alguna tubería, por ejemplo, pasaremos a una jugabilidad 2D, lo que le aporta variedad al juego a pesar de que estas pantallas son bastante sencillas (suponemos que por tratarse del comienzo del juego). Una cosa que nos ha gustado es que ahora se puede saltar con el botón A en lugar de agitando el mando lo que, a nuestro modo de ver, es mucho más cómodo.
Otra novedad importante del juego es que al cumplir cada misión el juego guardará automáticamente la partida, lo que sin duda es una gran noticia, ya que ahora no tendemos que pasarnos los largos niveles si no queremos perder el avance, sino que podremos interrumpir la partida cuando queramos. De todas formas, aunque esto es una mejora, no creemos que la solución fuese añadir la opción de autosalvado, sino más bien reducir la duración de los niveles o dividirlos por fases. Y es que aunque podamos dejar de jugar tras una misión, por el estilo que tienen, el completar una no da sensación de haber llegado hasta un punto importante y que den ganas de dejarlo, sino que es una división algo artificial. De cualquier modo es mejor esta opción que como estaba antes, sin duda.
Esto me suena
La sensación de que las cosas siguen igual no sólo viene de la duración de las partidas, sino del resto de los aspectos del juego. Como decimos, las misiones son del mismo tipo, la ciudad, aunque diferente, no puede evitar recordar a las del primer juego. Incluso los colores son (aparentemente) los mismos, al igual que el sistema de patrones para pintar. No negamos que la fórmula original estuviese bien, pero la verdad es que esperábamos alguna novedad más aparte de las partes en dos dimensiones las cuales, aunque están bien, tampoco aportan nada del otro mundo. Es cierto que el juego promete ser igual de divertido (y es que si la fórmula del primero funcionaba, a buen seguro este también lo hará), aunque después de este tiempo esperábamos más.
Gráficamente sigue la línea continuista del primero, aunque se aprecia una mayor nitidez en los gráficos. El escenario que pudimos probar nos recordó mucho a los que vimos en la primera parte, encontrándonos el mismo tipo de elementos, como las farolas, las palmeras o los carteles. Es cierto que debía de tratarse de uno de los primeros niveles del juego, pero aún así echamos en falta una mayor variedad en este apartado, algo que esperemos que cambie según avancemos. Respecto al estilo visual, aquí si hemos de decir que nos alegramos de que se haya mantenido intacto el del juego anterior, pues nos encontramos con buenas dosis de sentido del humor y unos gráficos llenos de color.
Las sensaciones que nos ha producido este de Blob 2: The Underground han sido algo agridulces. Por un parte nos encontramos con que sigue la estela de la primera parte, lo cual es sin duda una gran noticia. Añade las partes en dos dimensiones y la necesaria posibilidad de guardar dentro de una fase, pero nos preguntamos si estas novedades son suficientes. Y es que el juego parece mantener la misma estructura de niveles, el mismo tipo de misiones e incluso la duración de las fases, por no hablar del apartado gráfico. Todavía queda tiempo para que salga el juego y para que podamos probarlo a fondo y esperamos que para entonces podamos encontrar algo que nos sorprenda de verdad.