Es evidente que, en el cénit de la presente generación de consolas, de sus tecnicismos, sus televisores de alta definición, y sus promesas (las incumplidas y las satisfechas), estamos viviendo también un revival de los gustos clásicos, ya sea en forma de la resurrección de juegos veteranos a través de la distribución digital, la revisión de clásicos con estilo muy retro a través de la distribución digital… sí, casi todo esto gira en torno a las nuevas plataformas de distribución sin formato físico.
Pero From Software ha decidido que va a ir un paso más allá, y nos tienta con 3D Dot Games Heroes, juego de aspecto retro, pero no, y lleno de guiños y homenajes a los más grandes veteranos, todo ello con mucho humor que le ha hecho ser protagonista de críticas incendiarias, pues sus referencias -más que evidentes- a Zelda, Dragon Quest, y Final Fantasy, principalmente, no han sido siempre bien entendidas. Y es que el humor paródico es referencial: sin intertextualidad no puede darse, y eso, en ocasiones, hay quien no lo entiende.
Eso sí, los jugadores no tenemos que temer: esto no es un spoof games a la altura de producciones cinematográficas de gran calado como Hot Shots o Spanish Movie, sino que promete ser un buen videojuego en el que se tienen en cuenta los orígenes del género en las consolas de 8 bits (en especial, NES/Famicom) para construir una historia destinada a sacar sonrisas cómplices de los aficionados.
Todo este mundo de referentes se aprecia desde un primer momento en la construcción de un mundo en el que los píxels se han convertido en cubos perfectamente visibles para convertirlos en elementos tridimensionales que consiguen dar la sensación de haber convertido los veteranos bitmaps de un videojuego de los 80 en un cuerpo con volumen: los cuerpos, entornos, y todos los elementos se muestran, por tanto, "pixelados" en forma cúbica.
La historia nos llevará al Reino de Dotnia, un mundo en un difícil equilibrio de paz, pues para que los demonios no asolen la región los cristales del poder deben estar protegidos de estos seres. Sus ciudadanos lo asumen con normalidad, según parece, y cuando de vez en cuando los malos se ponen el traje de faena todos ya saben que surgirá un héroe legendario que con la espada sagrada de la leyenda restaurará la paz. Al menos, así ha sido hasta ahora… y es que los habitantes de este reino están ya un poco cansados de este mundo de aburrida paz bidimensional.
De esta manera, el rey decreta que el mundo debe pasarse a las 3D… y así sucede en pantalla, ante el jugador, como una maravillosa excusa muy bien llevada para justificar esta arriesgada apuesta estética, llena de personalidad. Sin embargo, en toda esta vorágine de tres ejes los demonios consiguen hacerse con los cristales del poder. Es el momento del regreso del héroe… o heroína, que los tiempos han cambiado y ya se puede escoger el sexo del protagonista.
3D Dot Game Heroes aprovecha, además, su apuesta estética para permitir al jugador personalizar su personaje: si quiere convertir al guerrero en un Link, será cuestión de trabajarse el diseño en el editor. Y quien dice Link, dice cualquier diseño que se le ocurra. Pero no sólo eso: también se ofrecerán tres clases de personajes, cuya principal característica es la inclinación hacia la magia en vez de hacia la espada, que, eso sí, será impepinable.
El juego nos llevará en un recorrido por la estructura clásica de las aventuras de rol: visitar un pueblo, hablar con algún personaje, resolver el enigma de turno, y afrontar una mazmorra en la que derrotaremos a un gran enemigo y vuelta a empezar. Por supuesto, se incluirán algunos elementos no tan arcaicos, como las opciones de ir mejorando nuestra espada a cambio de pasar por caja en casa del herrero. Asimismo, se incluye todo un mundo de objetos con habilidades especiales que nos servirán para acceder a nuevas zonas, derrotar a enemigos determinados, etc.
Todo esto se hará con unos controles sencillos y muy tradicionales, que recordarán a los juegos de aventura bidimensionales con perspectiva superior de toda la vida. La cámara, por supuesto, resulta muy práctica, pues se muestra alejada y con suficiente cancha para no obstruir la visibilidad, una de las ventajas que se daban en estos juegos bidimensionales. En el paso a las tres dimensiones pueden darse lujos en escenas y secuencias, así como en momentos concretos de la jugabilidad, pero todo indica que la jugabilidad se centrará por completo en el plano más tradicional.
Los desarrolladores estiman que la aventura se podrá completar incluso por debajo de las diez horas, lo que lo sitúa en una duración también muy retro, aunque a lo largo de la aventura encontraremos misiones secundarias y objetos por recolectar que prometen darnos acceso a suculentas recompensas. Es a través de todas esas misiones con las que se alarga su duración, pero en principio diez horas para la aventura principal se nos antojan algo escasas. Habrá que ver si los puzles que se integran en las mazmorras son capaces de atragantarse y aportar algo de dificultad o si serán muy sencillotes o demasiado herederos de lo visto en otros videojuegos.
Al menos, nos queda el consuelo de que promete ir incorporando una elevada cantidad de ítems: bumerán, arco, botas para correr... y esperamos que otros más refrescantes formen parte del elenco de herramientas a nuestra disposición. Asimismo, los amantes de la técnica tampoco deben echarse las manos a la cabeza: todo el aspecto retro esconde cuidados gráficos, con elaborados efectos de luz, agua, y la calidad esperable en un juego para PlayStation 3, aunque siempre con el toque estético que se le ha dado. La música promete seguir una línea similar, con nuevas melodías muy inspiradas en los sonidos y pitidos de los limitados pero enternecedores chips de sonido de hace veinte años.
3D Dot Game Heroes promete ofrecernos, así, no sólo una serie de guiños y de elementos inspirados fuertemente en clásicos del género, sino un juego que, dentro de su constante referencia a los títulos fundacionales, busca conformar su propia personalidad. Ahora sólo falta esperar que su desembarco europeo tenga lugar lo más pronto posible, y en nuestro idioma. De momento, los americanos lo disfrutarán en mayo.