Hace unos meses, el desarrollador independiente Hyperstrange lanzó en Steam Blood West, un título que si bien no fue ningún éxito de masas, sí consiguió convencer a un público muy exigente, pues se trata de un shooter en primera persona inmersivo y sistémico donde el sigilo es fundamental y con una ambientación Weird West (la mezcla del Lejano Oeste con lo paranormal y los terrores ancestrales). Introducimos así nuestro primer contacto con Hordes of Hunter porque nada más ponernos ante el teclado y el ratón se nota que a este desarrollador no se le acabaron las buenas ideas con aquel título tan diferente a este.
El juego que lanzará la editora Kwalee en algún momento de lo que resta de 2024 para PC está claramente inspirado en Vampire Survivors, el éxito de poncle en el que hacemos frente a oleadas cada vez más inmensas e intensas de monstruos para conseguir nuevos poderes, o mejorar los disponibles, con los que masacrar de manera automática y cada vez más eficiente a unas criaturas que en las primeras partidas no tardarán en darnos caza. Pero a diferencia de otras propuestas como el también popular Brotato o Deep Rock Galactic: Survivor, aquí Hyperstrange se ha distanciado mucho de la inspiración: el bucle jugable se mantiene en buena parte, pero es una experiencia mucho más activa.
Un survivorslike diferente
Esto se demuestra desde un primer momento con el hecho de que el ataque no sea automático, o al menos no del todo. Para combatir a los zombis, esqueletos y otros monstruos infernales que pueblan y surgen de los escenarios tridimensionales (podemos mover y acercar o alejar la cámara a placer) hay, al menos, que mantener pulsado el botón izquierdo del ratón.
Para vencer a algunas de las criaturas bastará con eso, pero para no perecer en menos de un minuto debemos hacer uso de todas las posibilidades de ataque y movimiento que se nos dan.
Así, hay un ataque más poderoso con el botón derecho, y para encajarlo es necesario medir bien el momento de su ejecución, lo mismo que ocurre con el desvío o parry. Las hordas de enemigos no nos darán descanso, por lo que utilizar bien el impulso para escapar de una situación peliaguda es tan importante como buscar los huecos por los que colarnos entre la masa de monstruos. Por supuesto, al subir de nivel conforme derrotamos estos seres podemos elegir entre varias ventajas que son fundamentales para sobrevivir y que tienen sinergias entre ellas: hemos visto auras de fuego permanentes, que se generen explosiones cuando nos golpean, que nuestros ataques expandan corrientes eléctricas… Pero al contrario que en su referente, aquí también hay algunas habilidades activas, como obtener un segundo impulso.
Todo esto genera unas dinámicas de juego más intensas, activas y espectaculares (también menos directas y accesibles, todo sea dicho) que en Vampire Survivors. Es, vaya, un juego más complejo. Por los niveles encontramos cofres con pociones y otros objetos consumibles, e incluso llaves que nos permiten abrir puertas para avanzar por estas zonas. Hay misiones aleatorias, muchas aleatorias, como escoltar carretas mientras tratamos que los enemigos no nos rodeen, o destrozar poleas para que se cierren las verjas por las que surgen monstruos sin cesar. En cada uno de los escenarios o mapas existe la misión de encontrar y recoger unas runas que permiten avanzar más allá en el juego.
Personalización y una narrativa oscura
Porque entre las partidas de esos niveles, que pueden alargarse pero también ser tan cortas como las de cualquier survivorslike, visitamos una base de operaciones que, en un primer paseo, deja entrever la profundidad de Hordes of Hunger. Allí descubrimos que si bien solo hay una protagonista, se pueden conseguir diferentes armas aunando las distintas piezas que vas encontrando en las fases, y cada una de ellas se comporta de manera distinta; además, se puede modificar el ataque especial de cada arma. También hay talentos permanentes que adquirir, una tienda donde se pueden adquirir mejoras temporales de los ataques o magias solo válidas para nuestra siguiente partida.
Si bien el desarrollador nos aseguró que es totalmente opcional, que se puede omitir y pasar de largo como en un Souls, aquí hay narrativa. En ese hub hay personajes misteriosos con los que charlar y cada vez estará más poblado. Conforme completemos misiones en los distintos niveles se irá desarrollando una historia que, según promete Hyperstrange, tendrá un giro sorprendente y es más oscura e importante en sus temas de lo que uno podría esperar de un juego de este tipo. Lo único que nos dejó entrever es que el mundo de Hordes of Hunger, con todas sus monstruosidades, su corrupción y su estética que nos recuerda a algo a medio camino entre Castlevania y Bloodborne, no es el único mundo del juego.
Los mal llamados clones de Vampire Survivors han llegado para quedarse: el videojuego de poncle ha establecido un nuevo género que durante los siguientes años veremos expandirse y mutar. De entre todos los survivorslike que hemos podido probar, Hordes of Hunger es el más activo, intenso, espectacular y ambicioso. Eso sí, como ocurre con cualquier juego de este tipo, tiene una tarea increíblemente difícil ante sí: conseguir que con el paso de las horas se perciba fresco, que queramos volver una y otra vez a una propuesta que, por definición, es repetitiva. En unos meses, si no hay retrasos, lo comprobaremos cuando se estrene en Steam.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar a una versión preliminar para PC en Gamescom.
