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Plataformas
Género/s: MOBA
Fecha de lanzamiento:
XBOne:
También en: PC XBOne PS4 Switch
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Hi-Rez Studios
Producción: Hi-Rez Studios
Distribución: Xbox Store
Precio: Free to play
Jugadores: Multijugador
Formato: Descarga
Textos: Inglés
Voces: Inglés
Online: Sí
ANÁLISIS

Impresiones alfa Smite

Smite, el famoso juego multijugador competitivo para PC, llega ahora a consolas Xbox One. Probamos un adelanto de este interesante concepto que mezcla MOBA, estrategia y defensa de torres bajo un mismo esquema.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Versión Xbox One. También disponible en Ordenador, PlayStation 4 y Nintendo Switch.

Smite, de Hi-Rez Studios, consiguió labrarse un nombre propio durante el año pasado en el cada vez más atestado género MOBA. Las que podrían considerarse como las siglas de moda en el mundo de los videojuegos, atraen a millones de jugadores en las más diversas plataformas -aunque en estas lindes, el PC sigue siendo la preferida y predominante-, contando por doquier con secuelas, actualizaciones y torneos, adentrándose año tras año en la cultura popular y en las raíces del ocio electrónico. En un mundo que parecía dominado por DOTA o League of Legends, Smite apostó por una identidad propia, un sistema de juego distinto y un fuerte cambio de perspectiva. La idea cuajó, y durante 2014, acabó por convertirse en uno de los juegos más disfrutados y con presencia en el género.

Hiz-Rez Studios prueba ahora suerte con su free-to-play en el terreno de las consolas de sobremesa -en concreto, en Xbox One-, un ecosistema no demasiado acostumbrado a este tipo de títulos, pero que empieza a reclamar contenidos y productos de esta índole y corte.

Heraldo de los dioses

Smite no inventa la rueda, pero sí la muestra desde un punto de vista bastante particular. Cuando hablamos en líneas generales de los MOBA, y pese a la explosión de entregas, versiones y juegos que llevan tatuado el género por los cuatro costados, lo hacemos de una serie de parámetros, reglas y estructuras muy parecidas o similares entre sus representantes.

Smite sigue la senda de League of Legends , en la que dos equipos de hasta cinco jugadores por bando -tenemos modalidades desde 1 contra 1 a otras de 3 contra 3-, deben luchar y competir entre ellos por destruir y derrocar la base del contrario, en el que se encuentra un poderoso Titán y un fénix elemental -sí, como estáis leyendo-.

El modo arena de ‘Smite’ es uno de los más divertidos. Varios dioses y criaturas mitológicas combatirán a muerte en una especie de coliseo.

Smite cuenta con varios modos de juego: Arena, Conquista, Asalto, Asedio y Justa. Los mapas, mayoritariamente, están divididos en diferentes calles y avenidas -aunque en función del modo de juego, esto varía-, que a su vez están defendidas por una serie de torres que deberemos derribar para conseguir avanzar. La destrucción del enemigo es prioritaria, sí, pero tendremos que ir acumulando experiencia y dinero para conseguir mejores ventajas, y así, disponer de un ser divino capaz de aniquilar de un plumazo.

Pese a que el jugador escogerá un héroe o dios con una serie de poderes, habilidades y ataques concretos para tomar parte en la batalla -imaginad un dios o una diosa de cualquier mitología o civilización que os imaginéis y bastante probable que tenga representación en el título de Hi-Rez Studios-, Smite ofrece también legiones de soldados y unidades no controlables que nos apoyarán en nuestra campaña contra el enemigo. Estos acólitos nos acompañarán en el campo de batalla, ayudándonos a derribar las citadas torres y a frenar los empujes del rival -que tendrá y enviará sus propios ejércitos contra nosotros-.

El modo Conquista, Asalto y Asedio comparten muchos elementos de los citados, si bien difieren en número de jugadores o en tamaño de los escenarios, así como en la aparición de armas de asedio y torres, por poner un ejemplo claro. Más especiales son el modo Justa o el modo Arena, en el que varios jugadores divididos en dos equipos se enfrentarán en un coliseo enorme en una sangrienta -y un tanto epiléptica- batalla de quince minutos de duración por la supremacía. Por último, siempre podemos aprender nuevas tácticas y estrategias en el modo de práctica, algo bastante útil si queremos usar un nuevo dios o si queremos estrenar algunos de los poderes especiales desbloqueados previamente.

Hi-Rez Studios, consciente del estancamiento del género MOBA, decidió dejar el método clásico de control -point and click, y con una perspectiva casi cenital- e internarse de lleno a ras de suelo en el combate. De esta manera, tal y como os podéis imaginar, la acción es desbordante para con el jugador, que se siente el verdadero protagonista entre el caos de magia, mandobles y explosiones al que nos veremos sometido. Y eso, cuando hablamos de batallas entre dioses y criaturas de la mitología, es un verdadero acierto.

Del teclado y el ratón al pad de Xbox One

Uno de nuestros principales temores al enfrentarnos a esta primera Alpha, era saber si Hi-Rez Studios sería capaz de trasladar el complejo mapeado de controles y acciones de Smite para PC, a Xbox One y su mando. Pues bien, si al principio pese al extenso tutorial nos costó comprender algunas de las acciones a realizar en el campo de batalla, reconocemos que estamos ante una traslación de controles casi perfecta. Smite se juega muy bien en Xbox One, con una disposición de acciones muy clara y efectiva, dividiendo los botones principales para los ataques de nuestro personaje y trasladándonos sensaciones muy parecidas a las de un juego de acción o incluso si nos apuráis, a las de un musou.

El juego se ha adaptado de forma conveniente al pad de Xbox One. El ritmo de juego sigue siendo muy frenético, algo que lo acerca más al género de acción en tercera persona que al MOBA propiamente dicho.

En un abrir y cerrar de ojos, nos veremos rodeados de explosiones, flashes de luz, muros de hielo, olas gigantescas, ráfagas y llamaradas, mientras dioses de la talla de Poseidón, Anubis, Thor, Gaun Yu, Chronos, Ra o Artemisa, se baten el cobre. Pese a que en la versión alpha no están muchos de ellos disponibles -recordemos que son más de sesenta, algunos especiales y bastante difíciles de conseguir-, queremos hacer hincapié en lo distinto de su comportamiento y control, encontrándonos personajes capaces de arrasar a los enemigos con sus ataques a distancia, de proteger a sus aliados con inquebrantables muros y escudos o de potenciar las energías de sus compañeros de fatiga con un golpe báculo. La variedad, de primeras, es abrumadora.

El ritmo de cualquier partida es muy alto, teniendo cosas que hacer en todo momento, priorizando ataque o defensa en función de nuestras necesidades -que pueden cambiar en apenas una fracción de segundo, no olvidemos que hablamos de un MOBA-. Pese a este alto ritmo de exigencia, Smite no necesitará de aclimatación alguna por parte del jugador. A los pocos minutos estaremos lanzando ataques especiales y prestando atención a la informativa interfaz del juego que es prácticamente idéntica a la de su versión original para PC, pero que guarda elementos más concisos y claros para el jugador de consola.

Así pues, con un simple vistazo a la pantalla, deberemos permanecer atentos a las recargas de nuestros ataques principales, a los potenciadores e ítems que tenemos para nuestro uso y a la posibilidad de adquirir nuevos objetos a través de la tienda del juego -Smite mantiene las compras inherentes a su naturaleza original como free to play-. Como nota, cabe destacar que Hi-Rez Studios ofrecerá la posibilidad de trasladar las compras y la partida de la versión PC a la de Xbox One, por si queremos continuar con nuestros progresos en la consola de Microsoft. Todo un acierto que nos evitará pasar horas y horas intentando equiparar partidas y personajes.

Un buen aspecto para ser una versión preliminar

Smite para Xbox One parece repetir la misma estructura que su entrega para PC, con lo que si habéis disfrutado de los combates entre presencias divinas en cualquier de los mapas disponibles -que ya os adelantamos, en esta Alpha son bastante escasos-, también lo haréis en su futura versión para consola. Técnicamente, para tratarse de una versión tan preliminar, debemos decir que nos ha sorprendido gratamente. Smite en PC era un videojuego muy resultón y notable en lo técnico, con modelados muy buenos para dioses y personajes, que se mantienen exactos e idénticos en Xbox One. Las leyendas mitológicas protagonistas del juego son muy complejas a nivel gráfico, con multitud de detalles, movimientos únicos y ataques especiales muy espectaculares.

Técnicamente, Smite era un juego muy bien avenido para tratarse de un MOBA ‘free-to-play’. La versión preliminar de Xbox One, muestra algunas carencias, pero también virtudes.

Es en los escenarios donde hemos encontrados más problemas y aspectos a mejorar, con texturas muy pobres que tardan en cargar, además de contar con algún que otro defecto gráfico muy molesto, como el popping. Suponemos que Hi-Rez Studios solucionará alguno de estos fallos de cara al lanzamiento definitivo del juego, porque lo cierto es que el resto del conjunto, nos ha parecido más que correcto. Smite, al menos en la versión probada, está en completo inglés.

¿El primer gran MOBA para consolas?

Smite ha tenido una trayectoria de éxito en PC, un entorno y ecosistema en el cual era bastante difícil salir airoso. Pero gracias a su aire fresco, a sus modos de juego y a su sistema de juego distinto, ha conseguido hacerse un hueco entre las grandes sagas del género, arrastrando a millones de jugadores a sus mieles. A estas alturas, el género MOBA sigue teniendo una presencia bastante marginal en consolas pero Smite parece decidido a conquistarlas con una versión, que aunque se encuentra en un estado prematuro de desarrollo, tiene una pinta notable. En Vandal ya estamos ansiosos de ver cómo será la versión final de este free-to-play que parece destinado a convertirse en todo un referente del género para Xbox One.